La chanza es sobradamente conocida. Al referirse a los motoristas, se habla de dos tipos básicos entre ellos: los que se han caído… y los que se van a caer. El tópico jocoso se refiere, claro está, a la inestabilidad de cualquier vehículo de dos ruedas y a las posibilidades que cualquiera de sus usuarios parece tener de acabar en el suelo a sus mandos. Más allá de lo acertado de la teoría, su vigencia podría tener fecha de caducidad a partir del momento de que Lit Motors inicie la comercialización de su revolucionaria C1 (denominación que nada tiene que ver con la motocicleta cubierta que BMW lanzó a principios de este siglo).
El primer proyecto de la empresa estadounidense liderada por el visionario Danny Kim pretende combinar eficiencia y seguridad en una motocicleta que, en ciertos aspectos, se aproxima a conceptos automovilísticos. Se mueve sobre dos ruedas pero sus dos ocupantes están protegidos por una estructura cerrada y viajan sobre asientos convencionales y no el habitual sillín de moto. La respuesta al reto ecológico no difiere en esencia a la de otros fabricantes, apostando por una motorización eléctrica que permite superar a la C1 los 160 km/h de velocidad punta, acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 6 segundos y recorrer hasta 320 kilómetros con cada carga que se completa en cuatro horas en una toma de corriente doméstica.
Nada revolucionario en este sentido, puesto que la idea inicial de sus creadores de alimentar las baterías mediante placas solares instaladas en la carrocería fue desechada por la escasa superficie disponible. La gran aportación de Lit Motors, por tanto, se refiere a la seguridad de su vehículo, para el que promete una estabilidad desconocida hasta el momento entre los de su estilo.
Su secreto es un sistema patentado de estabilización giroscópica, capaz de mantener la verticalidad de la C1 incluso en caso de sufrir un impacto de una determinada magnitud. Girando hasta las 10.000 revoluciones por minuto, los dos giróscopos instalados en su habitáculo impiden que la moto se caiga incluso cuando está detenida, estabilizando además las inercias provocadas en caso de una colisión en tráfico urbano, entorno para el que ha sido concebida principalmente la C1.
Al estacionar y detener su funcionamiento, un soporte facilita que el vehículo permanezca vertical, mientras que la seguridad del ocupante se complementa con una estructura monocasco de alta resistencia, puertas reforzadas, cinturón de seguridad y múltiples airbags. Todos sus dispositivos críticos de protección se encuentran duplicados e incluso triplicados, con el fin de garantizar en todo momento el funcionamiento de al menos uno de ellos en caso de fallo del principal.
Danny Kim presentó su proyecto el pasado año y sus previsiones apuntan al inicio de la comercialización del C1 a lo largo del próximo año, aunque de momento no se ha concretado la fecha con mayor precisión y tampoco se ha abierto el plazo de reserva de unidades. Lo que sí adelanta la empresa es un precio de 24.000 dólares (unos 20.000 euros), que podría verse reducido dependiendo de los mercados con las ayudas a la compra de vehículos de cero emisiones.
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Una vida sobre ruedas. De piloto (malo) de motocross a periodista deportivo en Diario AS, incluyendo una década en los grandes premios de MotoGP. Apasionado de los coches y las motos, en más de 30 años ha tenido el privilegio de probar unos cuantos cientos de unos y de otras. Ahora, subdirector en Prisa Motor.