Nissan regresa al segmento C compacto con el Pulsar

La marca japonesa retoma el camino allá donde lo dejo el Almera y busca encontrar el éxito combinando la habitabilidad y la tecnología.

Siete años hace que Nissan abandonó en Europa el segmento C. El Almera decía adiós después de mucho tiempo en el mercado y la gama del fabricante japonés quedó irremediablemente partida por la mitad: pequeños urbanitas por un lado (y el Juke) y grandes SUV por el otro. Consciente de que este segmento es el que acapara el mayor volumen de ventas en el viejo continente, la marca nipona ha decidido llenar el hueco existente en su oferta con un nuevo modelo, el Pulsar.

Fabricado íntegramente en la fábrica de Nissan Barcelona, y contando con el apoyo de la planta de Cantabria, la producción del compacto del segmento C ha supuesto una inversión total de 114 millones de euros. Siendo un producto tan ‘de la casa’, parece lógico que fuéramos los medios españoles los primeros en poder probarlo.

El modelo nace con un objetivo claro: convertirse en el compacto asiático más vendido en España, para lo que tiene que destronar al Toyota Auris. Sus armas para ello, que pudimos comprobar en su presentación mundial en Girona, son el diseño, la tecnología y el espacio interior.

Respecto al primero, hay que admitir que el Pulsar es claramente parte de la familia Nissan, pues cuenta con líneas estéticas ya vistas en sus hermanos como la parrilla cromada en forma de ‘V’, los faros LED o los grupos ópticos traseros en forma de boomerang. El conjunto es bastante musculoso, sobre todo el frontal gracias a los nervios del capó, pero en la zaga pierde algo de carácter, en parte por la búsqueda de ofrecer un mayor espacio interior.

Y es que este es un punto en el que han puesto especial atención. El Pulsar tiene unas dimensiones de 4.385 mm de largo, 1.786 mm de ancho y 1.500 mm de altura, pero lo que realmente importa es su distancia entre ejes de 2.700 mm. Esta batalla permite ofrecer un amplio habitáculo con un espacio para las piernas en las plazas traseras de 692 mm, o lo que es lo mismo, hay sitio suficiente para que un piloto de 1,85 m conduzca cómodamente y para que detrás de él quepa un pasajero de la misma altura. Es un cinco plazas, aunque la central trasera es más apropiada para alguien pequeño. El maletero, por su parte, tiene un volumen de 385 litros, que se amplía a 1.395 con los asientos abatidos.

En el apartado tecnológico destaca el ‘Safety Shield’, un escudo de protección que mejora la seguridad del vehículo gracias a la combinación del control de ángulo muerto, el avisador de cambio de carril involuntario, la cámara de visión de 360 grados y el sistema de frenado de emergencia (que a velocidades inferiores a 30 km/h detiene el coche por completo si detecta algún objeto parado delante). Sin embargo, el elemento que más llama la atención es el ‘Active Trace Control’, el asistente de trazada, un sistema que mejora la respuesta de la dirección activando pequeñas pinzadas en los frenos para tomar mejor las curvas.

Al volante del compacto se nota, como comprobamos en las reviradas carreteras de la Costa Brava, ya que ofrece una dirección muy firme que permite corregir la trazada incluso si entramos un poco ‘pasados’ en la curva. En esta parte de la ruta pudimos conducir la variante que equipa el motor de gasolina 1.2 DIG-T de 115 CV y 190 Nm par máximo, que combinado con una caja de cambios manual de seis velocidades se mostró solvente en subidas empleando la segunda y la tercera relación (incluso en ocasiones la cuarta), quedando las marchas superiores básicamente para desahogar el motor. Conseguimos una media de consumo ligeramente superior a los seis litros, en torno a los 6,3.

En la segunda jornada cambiamos a la versión diésel, que monta un motor 1.5 DCi de 110 CV y 260 Nm de par también asociado a una transmisión manual de seis marchas. En esta ocasión recorrimos zonas de autovías y carreteras secundarias en las que, circulando a ritmo constante y respetando los límites de velocidad, obtuvimos un consumo alrededor de los cinco litros. Esta variante ofrece una respuesta de potencia más homogénea entre todas la marchas, aunque el punto clave son las 1.500 rpm: por debajo se nota la falta de fuerza y una vez superadas demuestra su empaque.

Por el momento la gama del Pulsar contará solo con estos dos motores, con el gasolina pudiendo montar una caja de cambios automática X-Tronic 7, pero más adelante llegará otra variante de gasolina con una potencia de 190 CV y 240 Nm que, según nos dijeron desde Nissan, no será la versión Nismo.

Haz clic aquí para ver los distintos niveles de equipamiento del compacto y la dotación que incorpora cada uno de ellos, así como los precios que tendrá toda la gama.

Nissan España quiere apostar fuerte por el Pulsar, y es que teniendo en cuenta que el segmento C supone el 46% del mercado español, quien no querría hacerse con un trozo del pastel. Sus expectativas para el modelo, una vez superada la fase de lanzamiento, son de unas 10.000 unidades anuales. ¿Conseguirán hacerse hueco en un mercado tan competido y plantar cara al Auris?

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