El Alfa Romeo Stelvio ofrece una deportividad muy refinada

Un SUV familiar que se disfruta a la vista y al volante. Es la propuesta de la marca italiana para estrenarse en la categoría de moda.

Alfa Romeo Stelvio
El Alfa Romeo Stelvio, en el paso de montaña que le da nombre.

«A lo largo de los 107 años de historia de Alfa Romeo, puede que nos hayamos olvidado de la deportividad durante los últimos tiempos». Son palabras de Fabrizio Curci, máximo responsable de la marca para Europa, Oriente Medio y África. Y coincide con el sentir de la mayoría de sus seguidores. Pero el lanzamiento de la berlina Giulia, con un diseño y conducción de corte deportivo, ha devuelto a la casa al buen camino. La receta se repite ahora en el Alfa Romeo Stelvio, el primer SUV de Alfa, que se beneficia del mismo lenguaje estético y de la misma base mecánica para ofrecer virtudes similares y despuntar entre la ingente oferta de todocaminos. «Primero hemos hecho un Alfa Romeo y luego un SUV», apunta Curci.

Se pondrá a la venta en España el próximo 15 de marzo con cuatro motores: 2.2 turbodiésel de 180 y 210 CV, y 2.0 turbo de 200 y 280. Todos vienen con cambio automático de ocho marchas (no se ofrecerá manual) y tracción 4×4. Aún no hay lista completa de precios; sí, por ejemplo, el del 2.2 de 210 CV, que será de 48.300 euros. Pero más adelante se ofrecerán acabados inferiores que reducirán las tarifas, y, hacia septiembre, la versión más potente, QV de 510 CV, y una variante del 180 CV solo con propulsión trasera que bajará hasta unos 40.000 euros y será la alternativa más accesible de la gama.

El nuevo modelo cumple las dos premisas básicas de Alfa Romeo, imagen y dinamismo. Ofrece una conducción especial entre los SUV, con una dirección ultrarrápida y una tracción 4×4 que manda siempre más fuerza al eje trasero para reforzar la agilidad. Y las suspensiones otorgan gran eficacia sin recurrir a tarados duros que sacrifiquen el confort.

Un conjunto brillante, que se ve redondeado además por el trabajo del cambio automático de ocho marchas, tan veloz como suave, y la ligereza del coche, con un peso desde apenas 1.610 kilos (sin conductor), que reduce las inercias y potencia todavía más la agilidad del Stelvio. Es de los modelos más parecidos a un buen turismo, de los que más se acercan al Porsche Macan, y con el mérito añadido de hacerlo con comodidad y un tacto refinado de mandos y de rodadura. Una de las pocas pegas que se le podría poner es que las ayudas electrónicas no dejan margen para colocar un poco el coche en las curvas y tampoco se pueden desconectar (salvo en el QV de 510 CV).

En el otro campo, la imagen, también satisface, aunque menos. Tiene porte y una estética atractiva, original y menos vista que las de los modelos alemanes, como los Audi Q5 y BMW X3, contra los que quiere competir. Sin embargo, al frontal le falta parte de la fuerza que sí tiene el Giulia, y el interior, aunque muy correcto, no transmite la calidad y sofisticación que debería ofrecer para poder rivalizar con las propuestas de las marcas exclusivas.

Mide 4,69 metros de longitud e incluye cinco plazas y un maletero de 525 litros, por lo que puede cumplir sin problemas como coche único familiar. En la fila posterior, eso sí, viajarán mucho mejor dos adultos que tres, por lo que abulta el túnel de transmisión (incomodará al pasajero central) y también porque no sobra anchura.

Alfa Romeo Stelvio

En la presentación se han podido conducir dos versiones: diésel de 210 CV y gasolina de 280. Y las dos han destacado por su mezcla de suavidad y dinamismo, a pesar de llevar neumáticos de invierno, que reducen el agarre. La de gasolina corre más y suena mejor (pasa de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos) pero la de gasóleo no anda lejos (6,6 segundos) y consume menos: nueve litros, por 13 de la otra, según indicaba el ordenador del vehículo. Las pruebas discurrieron por carreteras de montaña, con marchas cortas, frenadas y continuos cambios de ritmo y adelantamientos.

Ambas mecánicas son más silenciosas que sonoras, pero porque según los responsables de Alfa el coche está mejor insonorizado que el Giulia. El diésel, por su parte, se escucha claramente menos que en la berlina.

La gran incógnita que queda por despejar es la oferta comercial, es decir, los precios y el equipo de serie, que será lo que determinará si el Stelvio es o no una buena compra frente a los todoterrenos de lujo de tamaño parecido. A priori, debería costar menos y venir más equipado, para poder compensar su interior más sencillo y algo menos espacioso.

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