Aston Martin DBX, un SUV digno de James Bond

El primer todocamino de la marca británica acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanza una velocidad punta de 291 km/h.

Aston Martin DBX

Integra la estética de la marca en el formato SUV.

El Aston Martin DBX se ha convertido en el primer SUV de la marca británica aunque, eso sí, sin olvidar el ADN deportivo que caracteriza a la compañía, proveedora habitual de automóviles de la saga cinematográfica de James Bond.

Una deportividad que se identifica ya desde la propia imagen del modelo, que ha trasladado el característico diseño de Aston Martin (la reconocible parrilla cruzada por lamas horizontales, la forma de los faros…) al formato SUV con un resultado muy acertado, aportando además detalles bastante llamativos como los delgados grupos ópticos traseros, formados por una tira de LED que los une entre sí.

Se trata de un modelo de tamaño considerable, que llega hasta los 5.030 milímetros de longitud, los 1.990 milímetros de anchura y los 1.680 mm de altura, anunciando un peso en vacío de 2.245 kilos. Esto le permite ofrecer un habitáculo con espacio para cinco personas y 632 litros de capacidad de maletero, en el que se dan cita materiales de alta calidad como la tapicería de cuero, el aluminio o las molduras de madera, así como un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y una consola central de 10,25.

Por el momento solo se ha confirmado una versión mecánica equipada con un motor de origen AMG, un bloque 4.0 V8 biturbo que desarrolla 550 CV de potencia y 700 Nm de par máximo. Gracias a él acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 291 km/h.

Emplea una caja de cambios automática de nueve relaciones y un sistema de tracción integral con bloqueo de diferencial central y trasero de deslizamiento limitado. Además, su suspensión neumática de tres cámaras con amortiguadores adaptativos le permite rebajar la altura en 45 milímetros o aumentarla en 50.

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Mario Herráez

Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.

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