No solo de récords en Nürburgring vive la industria del motor. Los fabricantes aprovechan cualquier trazado histórico que sea cronometrado para intentar dejar su huella, y en el caso de Lamborghini, ha elegido la icónica estampa de Pikes Peak. Allí h dejado escrito el nombre del renovado Urus, que no se presentará de manera oficial hasta el 19 de agosto.
El que seguramente sea el ascenso más conocido del mundo ha celebrado este año su edición número 100 y el todocamino italiano la ha aprovechado para conseguir el mejor tiempo de la historia para un SUV. Ha necesitado solo 10min 32,064s para completar la subida.
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Un ascenso de 20 kilómetros
El recorrido del trazado se extiende a lo largo de 20 kilómetros y 156 curvas, muchas de ellas con caída directa al vacío, lo que supone un plus de dificultad para llevar el coche al límite. La salida está a 2.862 metros de altitud y sube 1.439 metros adicionales sobre una pendiente media del 7%: la meta está a 4.302 metros.
Con esta marca, Lamborghini se apunta un tanto y le quita la corona al Bentley Bentayga, que consiguió completar la prueba en 10 min 49,902s en la edición de 2018.
Por el momento, la marca italiana no ha desvelado prácticamente información del modelo, más allá de que utilizará un motor V8 biturbo. Esto significa que mantendrá una de las principales características del vehículo actual, en el que el bloque desarrolla 650 CV de potencia y 850 Nm de par máximo. Esto le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 305 km/h.
La lógica invita a pensar que la actualización del super-SUV traerá consigo un aumento de rendimiento y unas prestaciones mejores, pero todavía falta la confirmación, que llegará en unos pocos días.
“La decisión de ponernos a prueba en Pikes Peak refleja el espíritu de Lamborghini de ‘esperar lo inesperado’, y demuestra las extraordinarias prestaciones del nuevo Urus; que se presentará en breve”, asegura el director técnico de Automobili Lamborghini, Rouven Mohr.
En palabras de Mohr, “Pikes Peak es la prueba de subida de montaña más famosa del mundo”, además de ser un desafío extremo para el coche. “El trazado irregular de su recorrido pone a prueba el equilibrio del chasis, las importantes diferencias de altitud estresan al propulsor y las condiciones meteorológicas pueden cambiar muy rápidamente entre la salida y la meta”, resume el responsable de la marca.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.