El coche de Apple es, por el momento, humo. A lo largo de los años han sido numerosas las idas y venidas del proyecto, con cambios de dirección, cancelaciones, etc. Parece que la compañía ya se ha decidido por el rumbo a seguir y el elegido ha sido crear un coche autónomo.
Parece algo lógico, teniendo en cuenta el enfoque tecnológico de la firma y que el desarrollo del modelo todavía tiene por delante varios años. Así, la empresa está trabajando en posibles problemas de este tipo de conducción y acaba de patentar un sistema para evitar uno de los que, quizá, serán los mayores males a nivel de usuario: los mareos.
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En los coches convencionales ya son muchas las personas que se marean, sobre todo si van en las plazas traseras. Sin embargo, en los vehículos sin conductor el problema podría acrecentarse ya que las dos plazas delanteras en muchos modelos irán mirando a contramarcha.
Lidiar con ello será algo importante y Apple cree que la manera de hacerlo es la realidad virtual. No es la primera compañía que opta por esta vía, pues hace unas semanas Audi y Holoride ya exploraron este camino, pero la marca de la manzana le da una vuelta de tuerca al concepto.
Realidad virtual
La idea básica se basa en, mediante gafas de realidad virtual o pantallas, crear un entorno que se mueva a la par que el vehículo, para evitar que la visión periférica aprecie la disonancia entre uno y otro y, por ende, no se produzca el mareo.
El sistema toma datos el coche, como el navegador o un mapeado en 3D del área, para predecir los movimientos del automóvil y poder crear el ambiente de manera acorde a lo que ocurre en la carretera. Es más, permite a cada usuario activar esta funcionalidad o no, dependiendo de si suele sufrir mareos o no.
El giro que aporta Apple es que, además, cada uno de los asientos podría ir sincronizado con el sistema, de manera que se muevan individualmente, ya sea inclinándose o con ligeras rotaciones, para acompasar todo el movimiento.
La firma es consciente de que esto, aunque pueda resolver los problemas de mareo, también puede llegar incluso a provocarlos. Así, las plazas contarían con sensores y, al detectar que el usuario empieza a marearse, ajustar o reducir el movimiento para ayudar con el problema.
La patente fue registrada el pasado 3 de mayo, así que se trata de algo todavía teórico, pero es un indicativo de por dónde va el desarrollo del coche autónomo de Apple.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.