La tecnología, en ocasiones, puede convertirse en un arma de doble filo. Los rastreadores son un claro ejemplo de ellos: son prácticos para tener controlado el coche, para encontrarlo si no se recuerda dónde está aparcado e, incluso, para localizarlo si ha sido robado. Al mismo tiempo, pueden ser empleados con motivos poco legítimos o ilegales.
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Este tipo de dispositivos funcionan gracias a la trilateración: ella determina la posición del objeto valiéndose de las señales de cuatro o más satélites. El problema es que, actualmente, los delincuentes los están aprovechando para perpetrar robos.
Su tamaño, normalmente reducido, les permite esconderlos en diferentes lugares del vehículo, donde es difícil verlos a simple vista. Hay delincuentes que han depurado su técnica para colocarlos, incluso, en el interior de la carrocería gracias al despiste del propietario.
Existe un sencillo método para averiguar si han ocultado un rastreador en un coche: basta con coger un puñado de tierra y esparcirla a lo largo de la carrocería. Si aparecen unos círculos, el vehículo tiene instalado uno de estos dispositivos.
En el caso del vídeo que muestra la técnica, se dibujan cinco circunferencias de arena. Al contener metales, estos se quedan pegados a los imanes que sirven de soporte para el localizador. Y es que al abrir el maletero y separar el revestimiento de la parte derecha, encuentran una pequeña caja negra: el dispositivo de rastreo.
¿Dónde pueden esconder un localizador?
Aunque no lo parezca, un coche es un lugar perfecto para esconder este tipo de dispositivos porque hay un considerable número de lugares discretos en los que se puede instalar.
En el habitáculo, los delincuentes pueden dejar su huella debajo de los asientos, en la guantera, en el interior del techo… En los modelos más modernos, que están plagados de tecnología, el GPS puede estar integrado en los sistemas electrónicos. En el exterior, es posible que elijan sitios como el parachoques, los bajos o algún sitio seguro en el vano motor.
¿Cómo detectar un localizador?
Además de la técnica de la arena, es posible encontrar estos rastreadores efectuando una exhaustiva inspección visual dentro del coche.
Hay que tener en cuenta que algunos de estos localizadores tienen un diseño semejante al de los componentes del coche para poder pasar desapercibido: si se ve algo fuera de lugar o que no se reconoce, podría ser uno de estos dispositivos.
Y si todo esto no es suficiente, se puede recurrir a fórmulas más sofisticadas como detectores de frecuencias, que reconocen las señales de radiofrecuencia que los rastreadores emiten al transmitir su ubicación, o los detectores de uniones no lineales: una herramienta profesional para encontrar estos dispositivos tanto cuando mandan una señal como cuando no.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.