El último coche con elevalunas manuales acaba de deshacerse de ellos

Los elevalunas manuales son un rara avis, teniendo en cuenta el nivel tecnológico de los coches nuevos. Sin embargo, hay un modelo que sigue apostando por ellos. O, mejor dicho, había: el último coche con ellos acaba de eliminarlos.

En muchos sentidos, el Jeep Wrangler mantiene su esencia de siempre. Para muchos, a tenor de los estándares modernos, es un vehículo de la vieja escuela: sobre todo si se compara con rivales directos como el Ford Bronco. Ahora se ha rendido al progreso.

En un comunicado emitido por la marca esta semana desde Estados Unidos, Jeep ha confirmado que los elevalunas eléctricos (así como los seguros de las puertas) serán una característica estándar en toda la gama Wrangler. Esto es especialmente relevante, ya que era uno de los últimos modelos con manivelas para bajar y subir las ventanas.

Así las cosas, los elevalunas eléctricos, que antes eran opcionales, ahora estarán en todos los Jeep Wrangler. Hasta ahora solían estar limitados a las versiones Sport S y superiores: razón por la que su incorporación marca el fin de la era de la vieja escuela.

Abaratar costes

Jeep considera que los elevalunas y los seguros manuales ya no son necesarios. Todo apunta a que esta decisión se habría tomado para simplificar su producción: esta característica complicaba este proceso… y lo encarecía.

Para reducir los costes de fabricación hay que deshacerse de las características innecesarias. A partir de ahora ya no será necesario fabricar puertas diferentes para los distintos Jeep Wrangler. Y, además, casi todos los modelos tenían elevalunas eléctricos porque así lo solicitaban los conductores.

Sin problemas para desmontar las puertas

La gran ventaja de la estandarización de los elevalunas eléctricos en el Jeep Wrangler, más allá de la usabilidad y la comodidad, es que no complicará el desmontaje de las puertas.

Como ya existían los modelos con este equipamiento, el proceso será el mismo que hasta ahora: únicamente será necesario desenganchar un conector eléctrico, además del proceso habitual de desatornillado de las bisagras.