Los sistemas de infoentretenimiento de los coches han evolucionado de manera considerable a lo largo de la historia del motor. Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando esa progresión se ha vuelto exponencial, pasando a pantallas cada vez más grandes y con mayores posibilidades de interacción. Ahora, NIO ha subido el nivel un punto más, ofreciendo un cine 3D virtual dentro de sus automóviles.
El director general de la compañía, William Li, presentó el sistema, denominado como Panosonic, en diciembre de 2021. La propuesta mostraba una pantalla proyectada que sería el equivalente a una de 130 pulgadas situada a cuatro metros del espectador.
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Aunque parecía algo aventurado, lo han hecho realidad en poco más de un año y el sistema es completamente operativo gracias a las NIO Air AR, unas gafas de realidad virtual que incluyen auriculares para incorporar el sonido y que son compatibles con la mayoría de modelos de la marca.
Para aquellos con los que no se puede usar (los que tienen una versión del ET7 y ES7), solo es necesaria una actualización informática para que sean compatibles.
Solo para los pasajeros
Una vez colocadas las gafas en la cabeza, la pantalla se proyecta delante del usuario, que puede navegar por los distintos menús utilizando el Air Smart Ring, una superficie capacitiva que hace las veces de mando de control. Huelga decir que está pensado para que lo usen los pasajeros, aunque también se puede emplear una vez parado el coche para que el conductor también disfrute de la experiencia.
El fabricante anuncia que actualmente el catálogo de películas disponibles está formado por 260 títulos en calidad Dolby Atmos y por otros 200 en tres dimensiones. Sin embargo, también ha confirmado que ya están trabajando para ampliar la oferta en los próximos meses.
En una primera hornada se van a producir 500 ejemplares de las NIO Air AR, que pueden comprar los propietarios de los NIO ET7, NIO ES7 y NIO ET5 a un precio de 330 dólares (330 euros, al cambio actual).
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.