Los coches autónomos tiene un sinfín de retos por delante. De los que más se habla es de los técnicos y los legislativos, pero hay otro aspecto que resulta clave: el de la confianza. Los pasajeros tienen que dejarse llevar por el coche y los transeúntes deben ir tranquilos por la calle sabiendo que ningún vehículo va a atropellarlos.
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Sin embargo, a día de hoy, el nivel de confianza no parece muy elevado. Según un estudio llevado a cabo por Jaguar Land Rover, hasta un 63% de los peatones se muestran preocupados por el mero hecho de cruzar la calle en un futuro donde esta tecnología predomine. Por eso el grupo automovilístico, junto con un equipo de psicólogos, ha estudiado métodos para conseguir invertir la situación. Su primera solución son unos ojos virtuales creados para estudiar conductas y reacciones.
Se trata en realidad de dos enormes «puntos inteligentes de recepción de datos» que montarían los coches autónomos y cuyo objetivo es evaluar cuánta información debe compartir el propio vehículo con los usuarios y peatones para que estos se fíen de él.
La creación de este artefacto parte de la idea de que la gente, por lo general, se fía más de una cara conocida, motivo por el que estos ojos virtuales buscan al peatón y dan la sensación de que lo están mirando, lo que significa que ha sido detectado por el coche. El dispositivo, de aspecto jovial (para aumentar la confianza), trabaja en una recreación de una calle de Coventry (Londres) y el comportamiento de los peatones se analiza cada vez que estos se acercan a cruzar. De esta manera se produce un contacto visual, el transeúnte comprueba que el vehículo lo está viendo y tiene confianza en que no se producirá ningún atropello.
Los ensayos de Jaguar Land Rover forman parte de un estudio más amplio (con 500 pruebas diferentes) que investiga cómo los coches autónomos pueden llegar a replicar las intenciones del ser humano cuando conducen. El dispositivo creado para la ocasión ha sido diseñado por Aurrigo, socio del consorcio británico UK Autodrive. Integrado por ayuntamientos locales, universidades, marcas de automóviles y empresas tecnológicas, este proyecto es uno de los más relevantes del mundo en la investigación del coche autopilotado.
Pete Bennett, Future Mobility Research Manager de Jaguar Land Rover, explica: “Está en la naturaleza humana mirar a los ojos del conductor del vehículo que se acerca antes de iniciar el paso en un cruce. Entender cómo esto se debe traducir al automatizado mundo del futuro es muy importante”. Y continúa: “Queremos saber si realmente resultará beneficioso ofrecer a los peatones la información sobre las intenciones del vehículo que se acerca o si simplemente basta con que el peatón entienda que ha sido reconocido y esto le genere la suficiente seguridad”.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.