Las pinzas de freno son una de las piezas más importantes del sistema de frenado. Su función es hacer presión sobre las pastillas y producir el rozamiento necesario contra el disco de freno para disminuir la velocidad de giro de las ruedas.
Al ser uno de los elementos más importantes en lo que se refiere a seguridad, el riesgo de modificarlos, en cualquier sentido, es muy alto. Y si es por una cuestión estética, resulta mucho más cuestionable.
Así lo considera la compañía aseguradora Mapfre, que en un estudio revela las claves y los inconvenientes de pintar estos elementos.
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Riesgos de pintar mal las pinzas de freno
Para empezar, desmontar y montar las pinzas de freno no es una tarea fácil y debería estar reservada a los profesionales.
Hay que tener unos buenos conocimientos de mecánica, ya que al volver a montarlas, cualquier error puede derivar en que no cumplan su función adecuadamente. Y esto puede originar una situación de peligro.
Además, la fricción de las pinzas con los discos de freno genera unas temperaturas muy elevadas. Y si la pintura no es buena, puede provocar un sobrecalentamiento muy peligroso para el buen funcionamiento de todo el sistema.
Asimismo, la calidad de la pintura, que no suele ser igual que la que se utiliza en la fábrica, puede deteriorarse rápidamente con el paso de los kilómetros y acabar desconchándose. Esto también generará un peligro añadido y su aspecto estético se alejará bastante de las pretensiones iniciales.
¿Dónde pintarlas?
La pintura industrial que se utiliza en el recubrimiento de estas piezas tiene un ciclo de vida muy duradero y resistente. Su proceso es muy avanzado y complejo, gracias al cual se asegura la longevidad de las pinzas.
Y esto, con una pintura de inferior calidad, no se va a conseguir igualar. Por eso, lo mejor sería adquirir estas piezas ya pintadas de fábrica o, en todo caso, a través de algún distribuidor oficial que ofrezca ciertas garantías, como puede ser Brembo, líder mundial en la fabricación de componentes de freno.
La última opción sería encargar el trabajo en un taller especializado en este tipo de materiales y componentes.
¿Pasarían la ITV?
Por último, si a pesar de todo lo dicho, uno mismo decide pintar las pinzas de freno de su coche, también debe saber que luego se pueden tener problemas en la ITV.
Y es que las modificaciones referentes a los frenos están consideradas como reformas de importancia, y como tal, necesitan la homologación correspondiente, con un proyecto técnico y un certificado final suscrito por un técnico titulado.
El equipo de frenada es uno de los aspectos que se examinan con mayor detalle, y si las pinzas de freno no tienen la pintura correcta o directamente están mal pintadas, o la pieza no corresponde con el modelo de coche, podría no superarse la ITV.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.