Aparca solo, con el conductor dentro o fuera del coche; frena por sí mismo para evitar atropellos y colisiones; cambia de carril de forma automática y hasta circula por autopista casi sin requerir intervención humana. El nuevo Clase E, la quinta entrega de la berlina grande de Mercedes, lleva la tecnología actual a una dimensión superior y se acerca mucho al sueño del coche autopilotado. De hecho, el pasado enero, con motivo de la feria electrónica CES de Las Vegas, el turismo alemán cubrió un trayecto por sí mismo, autoguiándose y sin equipos añadidos frente a los que ya integra el modelo de serie. La marca anunció que solo había aplicado «pequeños cambios en el software».
El Clase E 2016 se convierte así en uno de los automóviles más avanzados del catálogo actual. Y aunque el fabricante lo denomina todavía como «semiautomático», el coche puede desplazarse casi como si llevara piloto automático completo. El conductor debe permanecer atento y asir el volante cuando el vehículo lo solicite. Pero este acelera, frena, mantiene la distancia de seguridad, gira la dirección para tomar curvas suaves y hasta cambia de carril: basta accionar el intermitente para que pase al lado indicado.
El Clase E 2016 llegará en abril a partir de 48.500 euros, un precio más elevado que el de sus principales rivales (A6, Serie 5, XF…). De momento está disponible con carrocería de cuatro puertas y, desde septiembre, también con familiar. Además, la gama crecerá en 2017 con los trajes cupé y descapotable.
Pero la tecnología no es el único avance del familiar de Mercedes. Y es que ahora presenta un diseño más deportivo que rejuvenece su imagen, potencia su gancho y mejora al mismo tiempo la aerodinámica (el Cx baja de 0,25 a 0,23), lo que ayuda a su vez a rebajar el consumo. La mala noticia es que la nueva estética lo asemeja demasiado a su hermano menor el Clase C. El peso baja de media unos 60 kilos y, por fin, estrena un nuevo motor 2.0 diésel de 194 CV (220d) que, aparte de ser más potente que el actual 2.2 de 170 CV, funciona con mayor silencio y suavidad y gasta menos: 3,9 litros de promedio. También es novedad la versión enchufable 350e, que ofrece 30 kilómetros de autonomía eléctrica. Y todos los propulsores incluyen cambio automático de nueve marchas. A corto plazo saldrán los 200d y 250d (150 y 231 CV) y en la mayoría de motores se podrán montar tres suspensiones diferentes: mecánica, electrónica y hasta neumática.
ENTRE LA ARTESANÍA Y LA DIGITALIZACIÓN
El interior del nuevo Clase E combina los patrones clásicos de los turismos de lujo y las nuevas tecnologías de la era digital. Los acabados a base de cuero, madera y cromados conviven ahora con pantallas de gran formato (instrumentación y consola central) y detalles sofisticados como la iluminación a la carta.
Mercedes ha simplificado el manejo de las diferentes funciones y el volante incluye como novedad dos botones de control principales, uno a cada lado: el de la izquierda sirve para la instrumentación y el de la derecha para la consola central. Y ambos funcionan como la pantalla de un móvil: basta deslizar el dedo por encima para acceder al menú deseado.
La iluminación permite elegir entre 64 colores diferentes y cambiar por completo el ambiente de la cabina, creando atmósferas relajantes o que favorezcan la concentración del conductor. Y la larga lista de equipamientos disponibles permiten configurar el interior al gusto de cada uno.
DE LA IMAGINACIÓN FUTURÍSTICA A LA REALIDAD
Piloto semiautomático. En autopista, el coche acelera, frena, guarda la distancia, toma curvas suaves e incluso cambia de carril. El conductor, eso sí, debe permanecer atento.
Frenadas antichoque. Hasta 60 km/h, el modelo evita atropellos a peatones e impactos con vehículos que se crucen en la trayectoria (foto). Y hasta 100 si circulan por delante.
Aparcar desde el móvil. Una aplicación permite meter y sacar el automóvil de plazas y garajes estrechos y, asimismo, abrir y cerrar el coche a distancia e, incluso, localizarlo.
Protección extra. En un golpe severo el coche emite un sonido especial que prepara el oído interno para evitar lesiones; en un impacto lateral, desplaza los ocupantes hacia el centro de la cabina para protegerlos mejor.
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