El ser humano es capaz de hacer cosas increíbles. El Libro Guinness de los Récords es una enciclopedia sobre el tema y ahora tiene un ejemplo más relacionado con el mundo del motor: el derrape más rápido de la historia realizado por un conductor sin brazos.
Quien ostenta dicho título es Bartosz Ostalowski, un piloto polaco que lleva más de una década dedicándose al drift, con la peculiaridad de que no tiene extremidades superiores. Realiza todas las tareas que exige esta compleja disciplina utilizando únicamente sus piernas y sus pies.
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Ostalowski, que actualmente compite en el Polish Drift Championship, conduce un BMW Serie 3 muy especial, pues está preparado específicamente para el derrape y cuenta con un apartado mecánico que hace palidecer incluso al M3.
El modelo monta un motor 7.0 LS3 V8 que desarrolla 1.000 CV de potencia y 1.280 Nm de par máximo, asociado a una caja de cambios automática ZF que manda toda la fuerza al eje trasero.
Cómo fue el derrape más rápido
A los mandos de su BMW, el intento del récord se preparó en una pista de aterrizaje con una larga recta. El piloto aceleró rápidamente hasta alcanzar los 277 km/h, momento en el que activó el freno de mano para comenzar a derrapar a lo largo de una zona delimitada de 50 metros de longitud.
Durante la sección, circuló de lado a una velocidad media de 231,66 km/h, además de consiguiendo una inclinación máxima de 60 grados. El registro alcanzado no solo superó el récord previo de derrapes en un coche conducido con los pies, sino que incluso batió la marca absoluta más rápida registrado en Polonia, que era de 217,97 km/h.
Tras conseguir el hito, Ostalowski ha declarado: “¡Estoy increíblemente feliz de haber logrado la meta que me propuse! A esa velocidad sientes cada desnivel, todo sucede extremadamente rápido. Esta es una experiencia que es difícil de comparar con cualquier otra cosa. Estoy orgulloso, porque una vez más demostré que en cada uno de nosotros hay un gran potencial, ¡gracias al cual podemos alcanzar el éxito!”.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.