Más de 2.800 kilómetros de un tirón: el rey de la autonomía es un coche diésel

En los últimos años se ha demonizado al diésel, penalizando por sus emisiones, algo que ha hecho que muchos fabricantes dejen de ofrecerlo en sus modelos, en beneficio de mecánicas híbridas. Sin embargo, el gasóleo sigue siendo una de las mejores opciones para quienes tienen que hacer muchos kilómetros, como demuestra un récord del mundo que ninguna otra tecnología de propulsión puede alcanzar en la actualidad.

Un Skoda Superb diésel ha conseguido recorrer 2.831 kilómetros con un solo depósito, logro que es fruto de la combinación de una mecánica extremadamente frugal y del empleo de técnicas de conducción ‘hypermilling’.

El conductor al volante ha sido Miko Marczyk, conductor de rallyes que, fuera de la competición, tiene entre sus otras pasiones la conducción eficiente. Comenta que “incluso un conductor común puede alcanzar con bastante facilidad cifras inferiores a las indicadas por el fabricante”. Es algo que dice tras haber logrado en su récord un consumo medio de 2,61 litros cada 100 kilómetros, cuando el gasto medio oficial del vehículo es de 4,8 litros cada 100 kilómetros.

Combinación de máquina y conductor

Para conseguir cifras así es necesario, por un lado, un coche eficiente y, por otro, un conductor con el mismo enfoque. Marczyk comenta que estaba pensado intentar el récord con un Octavia, pero que su depósito era demasiado pequeño, así que se decantó por el Superb. Éste tiene un depósito de 66 litros que, combinado con su motor 2.0 TDI de 150 CV y 360 Nm, así como con una caja de cambios automática DSG de siete relaciones, ofrecía una buena base para el reto.

El automóvil estaba completamente de serie, con llantas de 16 pulgadas, y solo se llevó a cabo la modificación de instalarle los muelles de suspensión del acabado Sportline, que rebaja la altura en 15 milímetros, mejorando sensiblemente la aerodinámica en un trayecto tan largo.

Más allá de eso, todo queda en manos del conductor, para el que recomienda seguir estas cinco máximas si se quieren conseguir consumos muy bajos:

• Mantener la presión adecuada de los neumáticos
• Conducir el coche descansado
• Anticiparse al tráfico y minimizar el frenado
• Acelerar de manera suave y gradual, usando el modo Eco
• Aprovechar las condiciones de viento favorables siempre que sea posible

Durante todo el trayecto condujo a una media de 80 km/h, algo que es capital para reducir el consumo, pero otros factores como la orografía o el viento le ayudaron hasta el punto de que en ciertos tramos logro conducir con un consumo medio de solo 2,2 litros cada 100 kilómetros.