Creyó que podía volar: el conductor de un Ferrari se sale de una curva y la policía se burla de él en las redes

Los coches potentes hay que saber conducirlos. De lo contrario, es fácil perder el control en un acelerón mal dado o en una curva mal calculada. Si al cóctel sumamos, efectivamente, un conductor bajo los efectos del alcohol, el lector puede imaginarse las consecuencias.

En el caso que ha compartido en sus redes la patrulla de carretera de California, no hace falta ni siquiera usar la imaginación. Los agentes del condado de Marin (CA, Estados Unidos), han publicado un vídeo irónico en el que explican lo acontecido hace unos días.

El escenario se presenta con la siguiente escena: un coche sumergido hasta la mitad en la bahía Richardson, en el área de San Francisco. Cuando el vídeo se acerca al vehículo, se puede apreciar una reconocible carrocería plateada y el logo del cavallino rampante en el lateral: se trata de un Ferrari Portofino. Un deportivo que cuesta 215.600 euros.

Según cuenta la división de Marin de la patrulla de carreteras de California, el conductor de este Ferrari había consumido alcohol antes de volver a subirse a su coche. Al recorrer la sinuosa carretera que trascurre cerca del mar, el propietario del Portofino perdió el control del coche al coger mal una curva.

‘I believe I can fly’

El Ferrari salió despedido y acabó aterrizando en el agua, sufriendo daños importantes en la carrocería y el eje delantero. De ahí que los agentes hayan decidido utilizar la famosa canción de R. Kelly, I believe I can fly, como banda sonora de su publicación en Instagram. La policía ha asegurado que no hay más heridos que lamentar que el pobre deportivo.

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Con esta publicación, los agentes de carretera de California han querido recordar los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol y evitar escenarios peores que el de este conductor y su Ferrari. Durante el mes de diciembre y el periodo navideño, es más habitual quedar a cenar y excederse tanto en comer como en beber. Ante esta situación, el consejo de los policías norteamericanos es designar siempre un conductor que no beba.