Este taller mecánico de Reino Unido ha encontrado una forma original de conectar con sus clientes: cada vez que reparan un coche, lo colocan sobre un fondo a tamaño real inspirado en el empaque de los míticos Hot Wheels. Así, los vehículos parecen formar parte de la colección de juguetes que marcó la infancia de muchos.
Más que una simple curiosidad, esta idea se ha convertido en una estrategia de marketing muy efectiva. Los clientes salen del taller con una foto única que pueden compartir en redes sociales, convirtiendo la experiencia en algo memorable y viral. De esta manera, el taller no solo repara coches, sino que también crea contenido que engancha.
La propuesta ha encantado a muchos usuarios, que la ven como una idea creativa y divertida. Sin embargo, esta estrategia podría convertirse en un arma de doble filo: al utilizar la imagen y el concepto de Hot Wheels, el taller podría exponerse a una posible demanda por parte de Mattel, la compañía propietaria de la marca.
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