Una experiencia que comenzó con un simple “Hola” terminó en pesadilla. Carol Cowan, turista neozelandesa, jamás imaginó que recorrer apenas 1,5 kilómetros en taxi por Zagreb le costaría 1.506 euros. El trayecto, desde la estación central hasta la calle Frankopanska, se convirtió en una historia de engaño, confusión y abuso.
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Todo ocurrió el pasado 26 de mayo. Carol, recién llegada a la capital croata, se acercó a un coche sin distintivos claros de taxi. El conductor, que hablaba inglés, y tras saludarla con una sonrisa y un “Hola”, le aseguró que era un taxi y que solo aceptaba efectivo. Ella, confiada, subió al vehículo con 65 euros en el bolsillo, convencida de que sería más que suficiente.

Taxímetro trucado
Pero el taxímetro empezó a dispararse. Primero marcó 42 euros, luego 85. Alarmada, pidió bajarse. El conductor le ofreció un “descuento” y le dijo que su “jefe” les esperaría con un datáfono. Al llegar, el taxímetro mostraba 185 euros. Entre lágrimas, Carol aceptó pagar 150 euros. Introdujo su PIN sin ver bien la pantalla. Además, no le entregaron un recibo.
Horas después, revisó su cuenta: le habían cobrado 1.506 euros. La mujer denunció el caso a Visa y trató de acudir a la policía, aunque sin pruebas claras. El propietario del supuesto servicio de taxi, Ivan Madžar, se desvinculó del incidente y alegó que solo prestó el datáfono a otro conductor. A día de hoy, la policía no ha contactado con él.

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