Compartir coche es una fórmula cada vez más extendida que sirve para compartir gastos en los viajes, ya sea para el conductor o para los acompañantes. El problema cuando se trata de los pasajeros es que, pese a las valoraciones de los conductores que ofrecen sus servicios, nunca se puede estar seguro del todo de con quién se va a dar al volante.
Esto lleva a situaciones peculiares que incluso pueden llegar a ser peligrosas, como es el caso de la usuaria de TikTok ‘lucixgmm’, que acostumbra a usar un servicio como BlaBlaCar, pero cuya última experiencia fue tan rara que incluso ha hecho que se vuelva viral en redes.
Como explica en su vídeo, desde el principio todo fue bastante extraño. Para empezar, había quedado con el conductor a cierta hora, pero tan solo 30 minutos antes de ésta le avisó de que llegaría con una hora de retraso.
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Cuando llegó, Lucía se llevó la segunda sorpresa. Según la aplicación, el vehículo para el viaje era un Ford Fiesta. Sin embargo, cuando el conductor le dijo que ya estaba en el punto de encuentro, le extrañó, puesto que no había ninguno a la vista. En ese momento le descubrió que al final no iban en el Ford, si no que hacían el viaje en un Alfa Romeo de alquiler.
Una vez en marcha la cosa no fue mucho mejor. El conductor y su acompañante se conocían, pero las tres personas que habían cogido el viaje a través de la aplicación iban detrás. Alguna de ellas ya había hecho parte del recorrido y se quejaba de lo alto que llevaban la música puesta, algo que pudo corroborar. Esta actitud, aparte de molesta, puede acarrear multas.
Ya en camino, la usuaria comenta un comportamiento errático y peligroso al volante. Pone como ejemplo un momento en la autovía en la que estaba a punto de pasarse un desvío, se lo comentaron, y dio un volantazo para entrar en él.
@lucixgmn Storytime de cómo casi me m*t*n en un blablacar💀 #blablacar #viaje #storytime #humor #experiencia #coche ♬ sonido original – Lucía García
Más adelante, se le puso delante un BMW y empezó a “picarse” con el conductor, alcanzado velocidades de hasta 190 km/h que, además de ilegales, son peligrosas, lo que hizo que las viajeras tuvieran que pedirle que aflojaran porque tenían miedo de que se fuesen a matar.
Para colmo, una vez en el destino, que era Atocha, en Madrid, el conductor les comentó que no se les olvidara ponerle una valoración de excelente.
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