Gordon Murray es un nombre muy conocido dentro del mundo del motor, pues fue el padre del mítico McLaren F1. Hace poco volvió al centro de los focos con la creación de una nueva compañía, Gordon Murray Automotive, que presentó el espectacular GMA T.50. Ahora lanza su segundo modelo en una escala inferior de rendimiento y, sobre todo, con un enfoque más usable, el Gordon Murray Automotive T.33.
Solo se producirán 100 unidades que costarán 1,64 millones de euros antes de impuestos, pero sus compradores tendrán que esperar. Hasta principios de 2024 no se producirán las primeras entregas.
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Es fácil encontrar similitudes estéticas que dejan claro el ADN compartido entre los dos modelos, y es que, a primera vista, queda claro que es un deportivo de alto rendimiento. GMA lo denomina un super Gran Turismo, lo que evidencia su naturaleza más relajada y cómoda.
Tiene una silueta larga, baja y ancha, con un frontal bastante bajo, una gran toma de aire en el paragolpes delantero y pasos de rueda abombados. El parabrisas está muy inclinado y una entrada de aire corona el techo. La zaga, de corte clásico, es donde más se diferencia de su hermano mayor, puesto que carece del ventilador central que sí monta aquel.
Este paso atrás en términos de radicalidad también es evidente en el habitáculo, pues el T.33 presenta una configuración biplaza estándar, alejada del interior con formato triplaza del T.50, que homenajeaba al modelo de McLaren.
Se trata de un interior minimalista, con todos los elementos centrados en el puesto de conducción. El Gordon Murray Automotive T.33 prescinde de la consola central al uso para concentrar toda la información en el cuadro de instrumentos, formado por un cuentarrevoluciones de 4,7 pulgadas y dos pequeñas pantallas. Eso sí, a pesar de ese enfoque en la conducción, dispone de elementos como la conectividad para dispositivos móviles con Apple CarPlay y Android Auto.
La usabilidad de la que habla la compañía tiene su reflejo en el apartado mecánico. El chasis monocasco de fibra de carbono ayuda a dejar el peso en menos de 1.100 kilos, mientras que las suspensiones está calibradas para conseguir un tacto preciso sin que llegue a ser incómodo. Por otra parte, se ha optado por un sistema de dirección hidráulico que transmite más sensaciones al conductor que uno eléctrico.
Su motor es el mismo que el de su hermano, un Cosworth V12 3.9, aunque domado para desarrollar 615 CV y 451 Nm. Es posible asociarlo a una transmisión manual de seis velocidades o a una automática, y cuenta con tracción trasera y con diferencial de deslizamiento limitado. Por el momento no se han desvelado sus prestaciones.
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