Las tecnologías más avanzadas están llegando en masa a todos los ámbitos de la sociedad y el automóvil no es una excepción. Conectividad, biometría o asistentes virtuales son solo algunos ejemplos que los coches ya comparten con la telefonía o la domótica, pero hay muchos más. Y no siempre para bien.
Un reciente estudio de la consultora J.D. Power revela que los compradores de vehículos eléctricos (VE) están cada vez más descontentos con las tecnologías embarcadas en sus coches.
Y lo más llamativo es que, a igualdad de equipamiento, esta insatisfacción es mayor entre los usuarios de coches a batería que los que poseen vehículos también de última generación, pero de mecánica tradicional de gasolina.
Molestas de usar
Las nuevas tecnologías que ofrecen funcionalidades inéditas en el mundo del automóvil se han convertido en un decisivo argumento de ventas que seduce a muchos compradores. Sobre todo, entre los que optan por los eléctricos, que suelen ser más proclives a valorar positivamente estos avanzados dispositivos y su utilización.
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Pero según el estudio de la consultora estadounidense, que fue realizado entrevistando a más de 80.000 conductores entre febrero y mayo de este mismo año, la primera impresión dista de la experiencia final de la mayoría de los usuarios, que se sienten defraudados por averías o por su imperfecto funcionamiento en el uso cotidiano.
Por ejemplo, en el caso de los sistemas que monitorizan al conductor para detectar sueño o fatiga y los biométricos que incorporan entre otros los sistemas de escaneo de huellas dactilares o reconocimiento facial, el análisis de J.D. Power ha recogido la opinión de la mayoría de los propietarios, un 86%, que manifiestan que estas tecnologías no solo no les resultan útiles, sino que además les resultaron molestas en algunas situaciones.
Problemas de fiabilidad
No obstante, no todas las tecnologías generan críticas y una mayoría de conductores han manifestado su aprobación con el sistema de recarga y pago automático de los eléctricos. De hecho, un 72% se declara muy satisfecho con su funcionamiento y expresaron que les gustaría disponer de este dispositivo en su próximo vehículo.
Según Kathleen Rizk, experta de análisis de J.D. Power, “la percepción en el sector es que la mayoría de los coches eléctricos deben ofrecer mucho equipamiento avanzado para competir con los referentes de la alta tecnología como Tesla. El éxito dependerá de que los fabricantes sean capaces de adaptarlo a la perfección, garantizando al mismo tiempo que la experiencia del usuario sea la misma tanto para los que ya son expertos en estas nuevas tecnologías como para los que no lo son”.
Sin embargo, los problemas derivados de las nuevas tecnologías no han resultado ser solo los derivados de las experiencias de uso de los clientes. Entre las quejas, la fiabilidad también sale a relucir en el estudio y los propietarios de vehículos eléctricos se lamentan sobre todo de fallos en el sistema de aparcamiento automático remoto, los ya mencionados sistemas biométricos o las importantes ayudas a la conducción, que han visto disminuir su valoración por parte de los usuarios respecto a consultas de años anteriores.
Como conclusión, los responsables del estudio apuntan a que frente a los deslumbrantes argumentos de venta, al final lo más importante de estas nuevas tecnologías es la experiencia cotidiana del usuario. Por tanto, las marcas deberán apostar por un manejo fácil y fiable para evitar desengaños. Además, el comprador deberá analizar y valorar muy bien estos equipamientos y su funcionalidad en la vida cotidiana antes de decidirse por uno u otro modelo.
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