El paso imprescindible para cuidar el coche eléctrico en invierno que muchos conductores ignoran

Las temperaturas mínimas que se esperan esta semana rondarán los cinco grados, llegando hasta los diez en algunas regiones. Aunque no se habla de olas de frío, estos mínimos pueden afectar al funcionamiento de los coches, sobre todo los eléctricos.

Las baterías de los coches eléctricos no rinden del todo bien con el frío. Hace unos días, los hasta 40 grados bajo cero que se llegan a sufrir en Chicago provocaron que miles de vehículos quedaran inutilizados. Pese a que en España la caída del mercurio no sea tan exagerada, es cierto que los picos de frío pueden ralentizar la carga de la batería del coche o reducir significativamente la autonomía.

La Asociación de Automovilistas Americanos avisa que con unos siete grados bajo cero, el coche pierde un 12% de autonomía. Desde el RACE, señalan que las baterías de la mayoría de vehículos eléctricos empiezan a ser menos eficientes cuando el termómetro baja de los 15 grados.

Durante el invierno, hay que intentar aparcar el coche a cubierto y mantener el porcentaje de carga en los rangos especificados por el fabricante. Pero, además, hay un sencillo paso que ayuda a la batería a funcionar mejor pese al frío y que muchos conductores pueden pasar por alto.

El precalentamiento

Cuando hace frío, la batería del coche eléctrico deja de ser tan eficiente. Por eso, es importante aclimatar el coche antes de usarlo, para tratar de reducir al máximo posible esa pérdida de autonomía asociada a las bajas temperaturas.

Un paso muy útil antes de arrancar el vehículo que seguro más de un conductor se olvida de seguir es el llamado preacondicionamiento. Se trata de una función que incorporan la mayoría de vehículos eléctricos y consiste en calentar la batería del coche, así como el habitáculo, antes de iniciar la marcha.

Básicamente, este paso consiste en precalentar, por decirlo de alguna manera, la batería. El preacondicionamiento se puede programar a través de las aplicaciones móviles que incorporan los coches más modernos. Cuando el coche está conectado a un punto de carga, el sistema coge la energía de la recarga para alcanzar la temperatura correcta, en vez de utilizar la de la batería.

Esta función permite reducir el impacto del frío en la autonomía de la batería del coche. La temperatura del interior también será más agradable y los cristales del vehículo estarán libres de hielo o vaho.