La tecnología avanza a pasos agigantados y la automoción es una de las industrias que se benefician de ella. Los coches, desde hace pocos años, son cada vez más futuristas: pantallas, comandos por voz y botones integrados en la estructura del habitáculo son la tónica general del diseño de interiores.
En la última edición del Salón de Pekín, donde se ha podido ver un gran despliegue de tecnología asiática, la ausencia de botones físicos en los coches ha sido notable. Habitáculos muy diáfanos, dominados por grandes pantallas, han sido los espacios más destacados en los coches presentados.
La inteligencia artificial ha sido, sin duda, la otra protagonista. El control del coche a través de la voz e, incluso, de gestos faciales, es otra de las novedades que ya son realidad en el mundo automovilístico.
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Los fabricantes europeos no se quedan atrás en el uso de estas tecnologías. En la última década, el mercado ha podido ver cómo poco a poco los pulsadores han ido desapareciendo de los salpicaderos.
Quitar los botones físicos no es, por lo tanto, una tendencia que solo afecte a los coches chinos. Las líneas de diseño europeas abogan por pulsadores integrados en las pantallas o bien en ciertos elementos del salpicadero, normalmente debajo del sistema de infoentretenimiento o en la zona central que separa los asientos.
Euro NCAP pide botones físicos
Ante esta nueva moda, la entidad que evalúa la seguridad en los vehículos, EuroNCAP, alertó de los riesgos de la ausencia de botones físicos, sobre todo en los comandos que más intervienen en la conducción como los intermitentes o similares. De hecho, llegó a avisar de que rebajaría las estrellas de los test de seguridad a los vehículos que no tuvieran ciertos pulsadores en formato tradicional.
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Es cierto que, pese a compartir moda, los fabricantes europeos sí que han mantenido los principales botones tradicionales en sus vehículos. No así algunos coches chinos, que como se ha visto estas semanas han eliminado por completo los pulsadores físicos. Eso sí, muchos de ellos eran prototipos, siempre más radicales y futuristas que los modelos de producción.
De todas formas, los habitáculos diáfanos y austeros suponen un problema para la seguridad vial. Si la producción en China sigue por este camino, quizás se enfrente a problemas de certificación de seguridad en Europa, aunque bien es cierto que los fabricantes podrían adaptar sus coches al mercado y las exigencias europeas. No obstante, hasta 2026 no se espera que EuroNCAP empiece a penalizar la ausencia de botones físicos en el salpicadero.
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