Trotamundos exquisito

Una hoja de ruta diferente. Mientras las marcas alemanas exclusivas han desarrollado sus todoterrenos colocando un sombrero —carrocería— de 4×4 sobre el chasis retocado de un turismo, Land Rover ha recorrido el camino opuesto: ha dotado a sus todoterrenos con la comodidad y dinamismo de una berlina. La marca británica ha preferido potenciar los valores clásicos de sus 4×4, desde la calidad y confort del interior hasta la robustez y los recursos en conducción campera, y buscar después una mayor agilidad y disfrute. Para lograrlo, ha reducido el peso, afinado la aerodinámica y aplicado motores con mejor rendimiento. Y, mientras sus rivales apenas permiten salir del asfalto, este 4×4 británico reúne lo mejor de los dos mundos.

El nuevo Range Rover Sport lo demuestra. Este cóctel de presentación impecable reúne un confort sorprendente en carretera y unos recursos imbatibles en el campo. Es el todoterreno de lujo más versátil del momento: permite lucir su elegancia en una cena de gala, viajar en autopista como si se deslizara sobre una alfombra mágica o superar la duna o el barrizal más complicado sin inmutarse. Pero, como pasa con casi todo lo bueno, está solo al alcance de economías privilegiadas: desde 66.000 euros en España.






El Range Sport se sitúa por encima del Evoque y por debajo del Range Rover (4,99 metros), el icono tradicional de la casa. Mide 4,85 metros de largo y equipa el nuevo chasis de aluminio del último Range, que permite reducir el peso hasta 420 kilos y mejorar al mismo tiempo un 25% la rigidez (respecto al Sport actual). Ambos modelos mantienen el mismo ADN estético, con trazos sólidos y una planta poderosa. Pero el Sport adopta una imagen más fresca y menos cuadrada que rejuvenece su estilo, y añade detalles como un frontal más deportivo y una zaga más baja inspirada en la del Evoque. Y tiene también mejor aerodinámica (Cx: 0,34).

El interior es más parecido al del Range grande y está cuidado también de forma exquisita, con una presentación elegante y materiales refinados, como cueros y maderas de gran tacto y calidad. Aporta asientos muy confortables y, por primera vez en un Range, se puede disponer de hasta siete plazas (2+3+2), con las dos últimas válidas para niños y apuros.

El Sport presenta otras diferencias importantes con el Range clásico, como la conducción, porque tiene un chasis más dinámico, con menor balanceo en curva y una dirección más rápida. Estos cambios aportan un comportamiento tan cómodo y aplomado como en el Range grande, pero con reacciones más ágiles y eficaces en carreteras viradas y autopista.

La gama del nuevo Range Sport incluye de momento tres motores y una reducción de consumo de hasta el 24% en comparación con el modelo actual. Todos llevan de serie cambio automático de ocho marchas accionable desde el volante y tracción 4×4 con sistema Terrain Response 2. Los más interesantes son los dos turbodiésel, que han evolucionado y aportan más potencia y menos consumo: 3.0 TDV6 de 258 CV (desde 66.000 euros y 7,3 litros de gasto medio) y 3.0 SDV6 de 292 CV (76.900 y 7,5 litros). También se ofrece un poderoso 5.0 V8 SC (sobrealimentado) de gasolina y 510 CV (101.300 y 12,8).

En otoño saldrá el 4.4 TDV8 turbodiésel, que consume menos y rinde ahora 339 CV, y en 2014 se lanzará una variante con mecánica híbrida diésel y emisiones de CO2 reducidas: 169 g/km, que equivalen a un consumo de 6,3 litros. El equipo de serie resulta muy completo y hay una larga lista de opciones disponibles.



Imparable fuera del asfalto





El Range Sport puede hundirse hasta 0,85 metros.


A pesar de su imagen y precio exclusivos, el nuevo Range Sport resulta fiel al ADN de Land Rover y ofrece una capacidad espectacular para superar cualquier obstáculo fuera del asfalto. Y su arsenal de recursos lo sitúa entre los todoterrenos mejor dotados.

Toda la gama incluye tracción 4×4 y, por primera vez, se ofrecen dos variantes: con y sin reductora, esta última más ligera y enfocada a un uso por carretera. También equipa suspensión neumática de altura regulable, que permite pegar el coche al asfalto al viajar por autopista (para mejorar consumos y estabilidad) y separarlo casi 28 centímetros del suelo al salir al campo (para no tocar los bajos). Este margen de maniobra posibilita, entre otras cosas, vadear cauces de hasta 0,85 metros de profundidad (0,15 más que el Sport saliente). Y se completa con el sistema Wade Sensing, que incorpora sensores en los retrovisores y calcula la profundidad de la zona a cruzar.

El Range Sport añade la segunda generación del dispositivo Terrain Response, que incluye cinco programas de uso y adapta la mecánica al terreno por donde se circule: general, hierba/gravilla/nieve, barro/surcos, arena y rocas. Y cada uno modifica la respuesta de la tracción, cambio, suspensiones y otros elementos para conseguir la máxima eficacia.



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