La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha analizado el sector de la formación para conductores en España y propone varias medidas para abaratar el carnet de conducir. Entre ellas, permitir la conducción acompañada con tutores no profesionales, como ya ocurre en algunos países europeos.
Si se avanza hacia este modelo, los aspirantes podrían salir a la carretera sin la compañía de un profesor al lado y en un coche sin pedales en el asiento del copiloto. Bastaría con tener al lado a un padre, una madre o un amigo adulto con carnet de conducir.
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Como respuesta, las autoescuelas alertan de los riesgos para la seguridad vial de una posible medida que la Dirección General de Tráfico (DGT) no descarta. En palabras del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación de las cifras de siniestralidad de 2024, la DGT está “abierta a la posibilidad” de permitir el modelo de tutores acompañantes.
“Los vehículos con doble mando no son un capricho, ni un obstáculo, sino un estándar de seguridad que permite al profesor de autoescuela intervenir de forma inmediata ante cualquier situación peligrosa durante el aprendizaje”, argumenta en una nota la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE).
Enseñar a conducir
La Asociación Nacional de Autoescuelas (ANAES) coincide en el análisis. “Si el objetivo es mejorar la formación, no comprendemos que se considere que un ciudadano cualquiera, con experiencia, pero sin habilidades formativas, pueda enseñar a conducir bien, y menos en un vehículo sin doble pedal”, sostiene el presidente de ANAES, Álvaro Llamas.
“¿Si hay un siniestro, quién de los dos se va a hacer responsable? ¿Quién nos garantiza que ese tutor no va a trasladar al aspirante sus malos hábitos y costumbres al volante?”, se pregunta Llamas, que denuncia la “voluntad de ningunear el trabajo de los profesionales del sector”.
En la misma línea, CNAE destaca “la figura del profesor de autoescuela como un profesional altamente capacitado y certificado por la Dirección General de Tráfico tras superar un riguroso proceso de formación y evaluación”. Estos profesionales, sostiene la confederación de autoescuelas, cuentan con “habilidades pedagógicas” para transmitir “conocimientos avanzados en seguridad vial” de un modo “estructurado, seguro y efectivo”. Su intervención en el aprendizaje, concluye CNAE, asegura que los aspirantes “adquieran hábitos de conducción responsables y seguros”.
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Con el modelo actual, solo las autoescuelas autorizadas pueden enseñar a conducir. Para enseñar en una autoescuela, se debe obtener el certificado de aptitud de profesor de formación vial emitido por la DGT, que periódicamente convoca los cursos correspondientes. Estos tienen dos partes eliminatorias, una de formación teórica online (impartida por Tráfico) y otra presencial de la que se encargan empresas especializadas en formación.
Gestión de exámenes de conducir
“Son 260 horas prácticas y varios meses de formación teórica. Con el nuevo ciclo de FP Superior en Técnico en Movilidad Segura y Sostenible, esas horas se elevan a 2.000. Eso no puede compararse con la formación que haya recibido un conductor cualquiera, por mucha experiencia circulando que tenga”, defiende Álvaro Llamas.
La CNMC ha analizado otros aspectos relacionados con el sector de la formación vial. “Para reducir barreras a la actividad de las autoescuelas”, la comisión propone revisar la obligación de ser titular de un vehículo y un local físico.
Sobre la gestión de los exámenes de conducir (que resulta imprescindible porque “hay más demanda que capacidad”), la comisión reconoce que “ha mejorado en los últimos años”. Sin embargo, sostiene que aún “existe margen para hacerlo más equilibrado y transparente y, también, para dar mayor capacidad de elección a los alumnos”.
Según ha alertado la CNMC, “la falta de transparencia y acceso a información clave puede perjudicar a los alumnos”. Con el sistema actual, los aspirantes no pueden realizar gestiones directamente con la DGT ni “consultar fácilmente datos importantes”, como las tasas de aprobados de cada autoescuela.
Por último, la comisión opina que las autoescuelas también tienen “dificultades” para acceder a terrenos municipales donde practicar o a centros de examen, así como problemas para adaptarse a la herramienta informática de la DGT para tramitar expedientes.
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