Quedan 30 días: a partir del 1 de enero de 2026, cualquier conductor que necesite indicar una parada de emergencia en una vía interurbana deberá utilizar una baliza V-16 conectada con la Dirección General de Tráfico (DGT) en lugar de los triángulos de preseñalización, implantados en 1999. El objetivo de esta medida es reducir el riesgo de atropellos en carretera, pues evita que los conductores tengan que salir del vehículo para señalizar una avería.
Estas balizas, que deben colocarse en el techo del coche, emiten una luz intermitente visible en 360 grados y, además, cuentan con conectividad eSIM para comunicar la ubicación del vehículo a la plataforma DGT 3.0. Gracias a ello, Tráfico puede alertar de la presencia de un vehículo detenido en los paneles informativos de las carreteras. También las aplicaciones de navegación reciben esa información y la muestran a los conductores.
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Sin embargo, la transición hacia este sistema ha traído consigo un problema creciente: la aparición de falsificaciones y productos-trampa. En el mercado hay más de 200 modelos homologados, con precios que oscilan entre 30 y 50 euros, pero también siguen a la venta dispositivos que cumplen la certificación anterior (sin conectividad) que se despachan por menos de 20 euros. Si una baliza V-16 cuesta 15 euros, no es de fiar.
Detalles para saber si la baliza V-16 está homologada
¿Cómo asegurarse de que el dispositivo es legal? La primera recomendación es comprar en establecimientos de confianza. Grandes superficies y tiendas especializadas ofrecen mayores garantías que bazares o plataformas sin control. En el caso de las compras online, incluso en webs populares como Amazon o AliExpress conviene extremar las precauciones y optar por vendedores con buena política de devoluciones.
De hecho, las grandes plataformas todavía comercializan balizas certificadas sin conectividad (legales hasta el 31 de diciembre de 2025, pero inútiles al día siguiente) y, además, ofrecen luces que no cumplen algunos de los requisitos exigidos por Tráfico.
Este dispositivo encontrado en Amazon es un buen ejemplo: la descripción indica “Luz de emergencia V16”, pero solo funciona enchufado a la salida de 12V del vehículo. La normativa exige que las balizas cuenten con alimentación independiente, ya sea con pilas o con una batería recargable. Este accesorio puede indicar una avería, pero no cumple la normativa. Incluso se ofrece en color azul.
Cualquier búsqueda despistada puede conducir a una mala compra. Si se teclea en Google “baliza v16 temu”, la respuesta del buscador es un problema: los cinco primeros productos patrocinados, los más llamativos, todos con foto, son dispositivos que están fuera de la norma. Baratos e inservibles.

Para asegurarse de que una luz de emergencia está en regla, el camino más corto es verificar el código de certificación. Debe comenzar por las siglas LCOE o IDAE, que acreditan la homologación, y aparecer en el listado oficial en el que la DGT recopila todas las marcas y modelos autorizados, junto con su fecha de certificación.

Otros detalles ayudan a identificar a primera vista las balizas V-16 certificadas: el embalaje indicará que el dispositivo cuenta con conectividad IoT (siglas en inglés internet de las cosas) y que envía los datos a la DGT 3.0.
No cumplir con la obligación de llevar una luz de emergencia legal no solo implica una sanción económica (la multa por no llevar la luz V-16 conectada es de 80 euros), sino también riesgos para la seguridad. Las balizas falsificadas pueden fallar en condiciones adversas y comprometer la visibilidad y la conectividad.
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¿Es necesario usar una ‘app’ para el móvil con la baliza V-16 obligatoria? La DGT aclara una duda recurrente