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Después de ocho años de obras, el túnel de Somport fue inaugurado en enero de 2003 y se convirtió (y todavía lo es) en el túnel más largo de España, una infraestructura de 8,6 kilómetros de los cuales solo 5,76 pertenecen a suelo español.
Se trata del más largo si no se consideran las infraestructuras urbanas, ya que el llamado By-pass Sur de la M-30 suma 7.844 metros de longitud.
Entre los túneles de carretera, por detrás aparecen el de Viella (Lleida, 5.230 metros), el del Cadí (Barcelona/Lleida, 5.026 metros), el de Bracons (Barcelona/Gerona, 4.500 metros), el del Negrón (Asturias/León, 4.144 metros), el del Folgoso (Pontevedra, 3.500 metros), el de Isuskitza (Guipúzcoa/Álava, 3.377 metros) o el de Guadarrama (Madrid/Segovia, 3.340 metros).
Construcciones bajo la montaña que evitan carreteras peligrosas y ahorran muchas horas de volante a los conductores, pero que se quedan en nada si se comparan con las que aparecen en los mapas de otros países.
Por el mundo han construido túneles gigantescos no aptos para automovilistas con claustrofobia, en los que fácilmente se pueden pasar 20 minutos sin ver la luz del sol. Pero merece la pena el esfuerzo, porque así se evitan hasta tres horas por vías llenas de curvas.
Los que ves en la fotogalería son los diez túneles más largos del mundo, muchos de los cuales forman parte de las autovías y las carreteras asiáticas, sobre todo chinas. La decoración de algunos es para no perdérsela.
También hay muchas soluciones ingeniosas por parte de los constructores, como en el túnel de Laerdal (Noruega): cada seis kilómetros crearon grandes cavernas muy iluminadas para dar la sensación de encontrarse al aire libre y evitar el agobio. En esas áreas los conductores pueden parar, y una pareja de aventureros celebró incluso su boda.
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