Para qué comprar un coche cuando lo que quieres es disfrutarlo

La vida es cambio, evolución, transformación… Lo que hoy puede parecer inamovible quizá mañana carezca de tanto sentido. Las certezas dejan a menudo paso a las dudas, a las incertidumbres provocadas por factores propios o ajenos. Y la movilidad tampoco es ajena a tal fenómeno. Lo que ha ocurrido con la música, el cine e incluso la vivienda es también aplicable al automóvil. ¿Necesitamos poseer un coche o preferimos disfrutarlo? ¿Estamos convencidos de que nuestras necesidades de hoy serán las mismas dentro de un tiempo? ¿Es imprescindible un compromiso a largo plazo, como es la compra, para satisfacer estas exigencias?

El acceso a las ciudades se está restringiendo, los hábitos de desplazamiento varían, las alternativas de movilidad son cada día más amplias, la tecnología avanza de forma inexorable, la contaminación es un problema acuciante, las nuevas energías ganan terreno y los conductores deben despejar todas estas incógnitas (y algunas más) de una ecuación de difícil resolución.

Para poner coto a tanta inquietudes nace My Renting de Volkswagen. Porque la tradicional fórmula del renting también evoluciona y mejora, ofreciendo a sus clientes un abanico de servicios y posibilidades impensables hasta hace muy poco y por supuesto desde las propias marcas. Ventajas incontestables que facilitan de forma insospechada el desafío de elegir un coche. Sólo hace falta saber lo que se necesita en cada momento y empezar a disfrutarlo.

Una posibilidad que hasta ahora parecía diseñada principalmente para las empresas pero que se transforma para adaptarse al paradigma del pago por uso. Es la alternativa que cada día acapara el interés de más automovilistas particulares, que valoran la posibilidad de disfrutar cada tres años de un coche nuevo con todo lo que ello supone: tecnología actualizada, mayor seguridad, máxima fiabilidad mecánica…

Sin más preocupaciones, con un precio cerrado que el cliente elige cómo asumir (en la su entrada y las cuotas) y la tranquilidad de que los cambios serán ahora oportunidades y no inconvenientes. Con flexibilidad, ahorro y comodidad, My Renting introduce al automovilista en un universo de posibilidades como el que ya conocen los siguientes protagonistas.

Alejandro y Paula: La felicidad de una nueva vida

Son dichosos. Alejandro y Paula saborean cada instante de su recién estrenada emancipación y de un amor que se ha materializado en su matrimonio. Por fin ha sido posible no sin pocos esfuerzos económicos, así que el sueño de formar juntos una familia ha comenzado a tomar. Todavía es pronto pero les encantan los niños y cuando lleguen también les apetecería salir de la ciudad para disfrutar de un ambiente más saludable para ellos.

De momento, lo que sí saben es que necesitan un coche. Alejandro no conduce pero Paula debe jubilar el viejo utilitario heredado de su familia por otro más acorde a las nuevas circunstancias. El dinero tampoco les sobra, al contrario que las dudas. ¿Por qué modelo decantarse? Ahora no pueden gastar demasiado pero tampoco quieren algo que se les quede pequeño en cuanto la familia aumente.

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My Renting ha sido la solución. Han elegido un Volkswagen Polo, con un diseño que les encanta, un consumo de combustible bajísimo e ideal para moverse por la ciudad y hacer alguna escapada de fin de semana. Tras los últimos gastos no les venía demasiado bien aportar una entrada, así que han elegido una cuota de 180 euros mensuales durante tres años. Tampoco es una cantidad pequeña para ellos, aunque su convencimiento se afianzó cuando descubrieron que en ella se incluían la mayoría de los gastos del vehículo: desde el mantenimiento y a las averías al seguro a todo riesgo, pasando por los impuestos o la asistencia en viaje.

Esperan necesitar pronto algo más de espacio pero ya no les preocupa el cambio. Paula siempre quiso tener un Golf y muy posiblemente sea su próximo objetivo cuando expire su actual compromiso con My Renting. Estrenarán entonces coche… y quién sabe si también paternidad.

Eduardo y sus preocupaciones de movilidad

Eduardo lleva poco tiempo trabajando por su cuenta. Después de toda una vida como comercial de una gran compañía, se vio en la necesidad de tomar las riendas de su futuro profesional. Y lo hizo decantándose por la continuidad, aprovechar esa experiencia para realizar una tarea similar como autónomo. El coche de empresa ya es historia y ahora necesita otro para proseguir con su actividad. Sólo que ahora el coste va por su cuenta y le preocupa mucho que se le dispare el gasto, tanto como las limitaciones al tráfico que se están produciendo en Madrid, la ciudad donde vive y trabaja.

Por cuestiones laborales y preferencias personales es muy partidario de los coches diésel. Siempre se ha sentido muy cómodo con estos motores y ahora, además, valora sobre todo el ahorro de combustible que le puedan reportar. Sin embargo, le inquieta que en el futuro las restricciones a la circulación se amplíen y su trabajo pueda verse afectado. Porque si compra un coche, y hasta que su nueva situación se afiance, no cree que pueda cambiar de modelo en un plazo corto de tiempo.

Hasta que descubrió My Renting. Entonces vio factible disfrutar de un Volkswagen que ya le había dado muchas satisfacciones en su anterior etapa profesional, un Passat TDI 150 CV. Recurriendo a los ahorros de su finiquito, realizó una aportación de entrada de poco más de 4.000 euros, una cantidad asumible para él y que le dejó cada una de las 36 cuotas mensuales en sólo 240 euros al mes. Nunca hubiera imaginado que podría seguir conduciendo una berlina de ese nivel por tal cantidad de dinero.

Cuando finalice el primer contrato con My Renting volverá a analizar la situación. Espera que su coyuntura laboral y económica se haya afianzado, sabrá mejor hacia dónde apunta la legislación sobre el tráfico de la ciudad y podrá plantearse cuál de las opciones que ofrece Volkswagen le satisface más en ese instante. Los coches híbridos y eléctricos le tienen fascinado desde hace tiempo, quizá para entonces haya llegado ya el momento de pensarlo seriamente…

Elisa sólo quiere las cosas fáciles

Elisa se corresponde con el perfil de una mujer de éxito. Está en lo mejor de su carrera profesional, cuenta con cierta holgura económica y de una anhelada independencia para disfrutar de todos los planes que le apetecen. Para la mayoría de ellos, también es muy activa, necesita un coche. El problema es que la cuestión del automóvil no le interesa demasiado. Quiere que el vehículo que conduzca le guste por dentro y por fuera, que contamine lo menos posible y que sea seguro. Más allá de este reducido (aunque importante) pliego de condiciones prefiere evitar cualquier complicación al respecto.

Comprar un coche supone para ella una labor ingrata, su mantenimiento una pesada obligación y preocuparse del papeleo de seguro, garantía, impuestos o multas, un auténtico engorro. Por ello no es de extrañar que My Renting se haya convertido en la solución perfecta a todas sus inquietudes y ya sea la feliz conductora de un T-Roc TSI de 115 CV.

Sin problemas pagó una entrada de 3.400 euros (ya lo tenía previsto en caso de haberse decantado por la compra) y la cuota mensual de 200 euros por disfrutar de ese coche tan estiloso le parece una oportunidad irrepetible. El coche tiene todo el equipamiento que considera imprescindible y algo más que ya verá si llega a manejar (nunca ha probado un asistente de mantenimiento de carril, por ejemplo), sólo ha tenido que preocuparse de recogerlo en el concesionario con todos los trámites ya realizados y, además, ha completados los servicios incluidos con el cambio de neumáticos y la posibilidad de disponer de un coche de sustitución cuando lo deje en el taller por cualquier motivo.

Elisa está encantada. No ha tenido que comparar cuál era el mejor seguro para su nuevo Volkswagen, ni tampoco sufrir las incertidumbres que le generaba cada visita al taller. Y como para ella el diseño y la seguridad son lo más importante, le gusta la sensación de saber que podrá cambiar de coche dentro de tres años de forma cómoda y rápida. Porque ella no es una mujer de compromisos innecesarios, ni siquiera con el coche…