Los SUV eléctricos de Audi son desde ahora más potentes. Tanto el Audi e-tron como el e-tron Sportback, con una carrocería de corte cupé de aspecto más dinámico, estrenan sendas variantes ‘S’ con más potencia, mejores prestaciones y un diseño modificado.
Los cambios a nivel visual respecto a las variantes convencionales son sutiles y pasan por los paragolpes específicos, un nuevo difusor trasero, carcasas de los retrovisores acabadas en aluminio y una carrocería ensanchada en 46 milímetros.
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Esta mayor anchura se debe a los pasos de rueda más voluminosos y a las nuevas llantas de 21 pulgadas, que opcionalmente pueden incluso ser de 22.
En el habitáculo destaca la tapicería de cuero Nappa, y el conductor puede optar por insertos bien de aluminio cepillado bien de carbono. También llaman la atención un volante deportivo achatado en la parte inferior, el paquete de luz ambiental LED y el cuadro de instrumentos digital y la consola central con dos pantallas.
Lo más relevante se encuentra en el apartado mecánico, que ambos modelos comparten: emplean una configuración de tres motores, dos en el eje trasero y uno en el delantero, desarrollando una potencia conjunta de 503 CV y un par máximo de 973 Nm. Esto les permite acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 209 km/h.
El sistema eléctrico cuenta con una batería de 95 kWh de capacidad, con la que el e-tron S Sportback puede recorrer hasta 363 kilómetros y el e-tron S normal hasta 359. La diferencia entre ambos se debe a su resistencia aerodinámica, que en el primero es de 0,26 y en el segundo de 0,28.
Su comportamiento deportivo se ve reforzado por la presencia de la suspensión neumática –que permite variar la altura de la carrocería hasta en 76 milímetros– y de un sistema de frenos con discos de gran tamaño mordidos por pinzas de seis pistones.
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