Una sombra de inseguridad se cierne sobre los aparcamientos públicos que flanquean el Zoo Aquarium y el parque de Atracciones, en el corazón de la Casa de Campo de Madrid. Lo que para muchas familias comienza como una prometedora jornada de ocio, a menudo culmina en una amarga experiencia y una denuncia en comisaría. Decenas de vehículos han sido el blanco de ladrones en los últimos meses, que, con una violencia alarmante, rompen las ventanillas para sustraer todo objeto de valor de su interior.
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La preocupación es palpable entre vecinos y visitantes, quienes alertan de una preocupante oleada de asaltos. Estos incidentes no solo empañan la experiencia de quienes acuden a disfrutar de uno de los principales pulmones verdes de la capital, sino que también generan una sensación de vulnerabilidad.
Las autoridades policiales han confirmado un incremento de estos sucesos en lo que va de año, lo que ha llevado a reforzar la vigilancia con un dispositivo especial en torno a estas zonas de estacionamiento, que suman más de un millar de plazas.
Más presencia policial
Las investigaciones apuntan a bandas itinerantes como responsables de estos actos. Algunas procedentes de Europa del Este, y otras de menores migrantes que tienen su centro muy cerca de estas instalaciones. Los vehículos más expuestos son aquellos que permanecen estacionados durante todo el día, especialmente los de turistas, ya que suelen contener equipaje y objetos de valor. La Policía Municipal de Moncloa-Aravaca ha intensificado su presencia en el enclave, pero la problemática persiste.
Casos como el de una familia que, tras ver su coche destrozado y sus pertenencias robadas, compartió su indignación en redes sociales, han visibilizado la magnitud del problema. La publicación, que superó los dos millones de reproducciones, reflejó la frustración ante la aparente falta de cámaras y seguridad. Reseñas similares se multiplican en plataformas por internet, con usuarios que advierten: “Es un nido de ladrones. Recomiendo ir en metro para que no te abran el coche”. La situación ha generado una legítima inquietud, instando a las autoridades a buscar soluciones definitivas para garantizar la tranquilidad de los ciudadanos.
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