El actual plusmarquista mundial de maratón con una marca de 2:00:35, Kelvin Kiptum, y su entrenador, fallecieron este domingo en un accidente de tráfico a las afueras de la ciudad de Eldoret, en el oeste de Kenia. Según la prensa local, un tercer ocupante del vehículo, una mujer joven, resultó gravemente herida.
El incidente se produjo sobre las 23:00, cuando el vehículo en el que viajaban los tres ocupantes se salió de la carretera, entró en una zanja, por la que avanzó unos 60 metros y terminó chocando contra un árbol. La familia del atleta y gran parte de la población exigen al Gobierno de Kenia que abra una investigación oficial sobre el siniestro.
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Seguridad vial
A falta de conocer las causas del accidente y si, como sostienen algunos medios locales, ha existido otro vehículo implicado en el choque, la seguridad vial es una asignatura a mejorar en los países menos desarrollados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el promedio mundial de fallecimientos en carretera arroja una cifra de 17,4 muertes por cada 100.000 habitantes.
Kenia presenta una alta tasa de fallecimiento en siniestros de tráfico, con 24,1 por cada 100.000 habitantes. Por establecer una comparación, la tasa en España es de 3,7 por cada 100.000 habitantes.
Toyota Premio
El coche en el que falleció Kelvin Kiptum es un Toyota Premio de la última generación. Se trata de un modelo que se desarrolló para el mercado japonés y que se lanzó en 2001. El nombre, aunque parece español, procede de un juego de palabras extraído de la acepción inglesa premium.
El Toyota Premio es un sedán de cinco puertas y 4,6 metros de largo con un amplio maletero. El coche en el que viajaba Kiptum fue construido entre 2016 y 2021, año en que se retiró del catálogo del fabricante japonés. La motorización más vendida contaba con un propulsor de cuatro cilindros, de 1,5 litros y 110 CV de potencia.
Está interconectado, dentro del universo de Toyota, con el Avensis (otro sedán del segmento D) que se estuvo vendiendo en el mercado europeo hasta 2018.
Peores resultados
Aunque las pruebas de choque que realizan organismos como Euro NCAP o su homólogo estadounidense marcan la tendencia entre los fabricantes, en otro tipo de mercados, como los de países emergentes, es mucho menos común encontrar modelos que alcancen las cinco estrellas, puntuación máxima con la que se valora la seguridad.
Por ejemplo los responsables de Latin NCAP, la división del organismo para Latinoamérica y Caribe inciden en la gran diferencia respecto a Europa y Estados Unidos, que se puede hacer extensible también a África: “Vemos traicionada la confianza que los consumidores depositan en ciertos fabricantes”.
Y continúa: “Es muy discriminador que, tras más de 10 años de evaluar el desempeño en seguridad de los vehículos que se comercializan en Latinoamérica y el Caribe, seguimos viendo coches [con] cero estrellas. En términos de seguridad, se nos sigue tratando como ciudadanos de segunda sólo para que algunos fabricantes puedan ahorrar dinero en la producción de vehículos”.
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