Un coche de alta gama entre colchones: así han localizado los Mossos un Audi robado

Existen dos claras tendencias en los robos de coches. O bien los ladrones sustraen modelos populares en el mercado español, que suelen utilizar para revender recambios y piezas; o bien su objetivo son vehículos de alta gama, que abandonan rápidamente el país para encontrar un nuevo dueño fuera de las fronteras españolas.

Los conductores pueden incorporar dispositivos en sus coches que les ayuden a ubicar su posición rápidamente en caso de robo. El GPS ha sido la clave para que los Mossos d’Esquadra hayan podido rescatar un Audi sustraído, que viajaba de una manera muy particular.

Tras recibir el correspondiente aviso sobre el robo del coche, los Mossos comprobaron que este se encontraba en Vilanova del Vallès, gracias a la señal GPS del coche. Una vez en la zona, los agentes descubrieron que el coche de alta gama estaba escondido en el interior del contenedor de un camión. El destino del vehículo era el puerto de Barcelona.

El vehículo se encontraba dentro de la caja cerrada, rodeado de colchones y otros objetos con los que se trató (sin éxito) camuflar el coche. Los Mossos procedieron al arresto del responsable, que fue localizado gracias al localizador del coche.

Reaccionar ante el robo de un coche

Estos dispositivos GPS se pueden instalar en el interior del vehículo y funcionan, normalmente, a través de una aplicación que se instala en el teléfono. De esta manera, en caso de perder el coche o de que lo roben, será posible consultar su posición de manera rápida y sencilla.

Cuando se sufre el robo de un coche, lo más importante es reaccionar con rapidez. Los ladrones no tardan en mover el vehículo o sacarlo del país, por lo que las primeras horas para encontrar el coche son cruciales. Instalar un dispositivo GPS de este tipo en su interior es una manera rápida y sencilla de saber siempre dónde está el coche, incluso robado.

Para escoger el mejor GPS hay que prestar atención a su autonomía y su tamaño. Lo mejor es apostar por un dispositivo pequeño y fácilmente camuflable que pueda enviar señales durante el mayor tiempo posible. Eso sí, no son aparatos baratos: el rango de precios va desde los 50 hasta los más de 100 euros.