La subida imparable de los carburantes, el control de las emisiones y los ciclos de homologación de consumos más realistas son, seguramente, las principales causas de que los motores actuales sean mucho más pequeños. La tendencia se registra desde hace años y se denomina ‘downsizing’.
Salvo honrosas excepciones, la mayoría de fabricantes tiene en el mercado y en su gama motores tricilíndricos de baja cilindrada, para disminuir el consumo y las emisiones y cumplir así con las estrictas normativas anticontaminantes.
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Pero hubo una época en la que los motores buscaban prestaciones sin mirar tanto la eficiencia. De ese tiempo datan estos cinco protagonistas que tienen un nexo común: sus motores de cinco cilindros mostraban la última tecnología de sus fabricantes.
Volvo 850 R
El Volvo 850 R es una obra maestra de la ingeniería sueca que fusiona elegancia, rendimiento y seguridad de manera excepcional. Presentado en la década de 1990, equipaba un motor de cinco cilindros en línea turboalimentado de 2.3 litros y ofrecía una potencia de 250 CV y un par motor de 352 Nm.
Volvo mantuvo su compromiso con la seguridad, dotando al 850 R con características innovadoras para proteger a los ocupantes en caso de colisión. También ofrecía motores con 2.0 y 2.5 litros de cilindrada, ambos igualmente con cinco cilindros.
Llevaba cambio manual y un diferencial autoblocante mecánico de tipo Torsen, además de un intercooler de mayor tamaño.
Ford Focus RS MKII
El motor Volvo anterior de 2.5 litros y cinco cilindros en línea se montó en los Focus ST y RS. Desarrollaba 305 CV y 440 Nm.
También se fabricaron 500 unidades del Ford Focus RS500, que ofrecía 350 CV y se convirtió en el modelo más deseado de los entusiastas de la automoción.
Audi quattro
El Audi quattro es ya un icono en la historia de la marca. Contó con un innovador sistema de tracción integral y su poderoso motor turboalimentado de cinco cilindros y 2.1 litros. Obtuvo diversos triunfos en el mundo de los rallies.
Inicialmente, sus primeras versiones ofrecían una potencia de 200 CV y 284 Nm de par motor. Sin embargo, a partir de 1987, se introdujo una versión mejorada con un motor turbo de 2.2 litros capaz de generar 220 CV. Eso sí, todos con cambio manual de cinco velocidades.
Mercedes-Benz W123
El Mercedes-Benz W123 es una verdadera leyenda en la historia del automóvil, reconocido por su durabilidad, confiabilidad y elegancia atemporal. Introducido a mediados de los setenta como parte de la línea de modelos de Mercedes-Benz, una de las características más destacadas de este coche fue su motor diésel de cinco cilindros, uno de los pocos que hay con esta configuración y con gasóleo como combustible.
Con una cilindrada de 3.0 litros, producía una potencia inicial de 80 CV, pero creció a 88 CV con la versión 300CD y a 125 CV con la variante turboalimentada denominada 300TD.
Su diseño sólido y su construcción de alta calidad le otorgaron una reputación incomparable en términos de longevidad y resistencia.
Fiat Bravo HGT
Destacándose como una variante de alta gama dentro de la línea Bravo de Fiat, el HGT presentaba un motor de cinco cilindros en línea, una rareza que lo distinguía entre sus competidores y que se fabricó entre 1995 y 2001.
Este motor de 20 válvulas, atmosférico y con una cilindrada de 2.0 litros brindaba una potencia de 155 CV, que en su versión posterior con turbo llegaba hasta los 220 CV.
Además de su motor distintivo, el Fiat Bravo HGT contaba con una suspensión deportiva y una transmisión manual de cinco velocidades. Este modelo no solo destacaba por su rendimiento, sino también por su diseño deportivo y aerodinámico, que incluía detalles exclusivos solo para esta versión.
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