¿Cómo camperizar una furgoneta y cuánto cuesta?

La escasez de estos vehículos en el mercado anima a muchos usuarios a realizar ellos mismos la transformación.

Camper
La camperización de vehículos abre todo un universo de posibilidades. | GETTY IMAGES

El mercado de la automoción vive la situación, poco frecuente, de una mayor demanda que oferta de vehículos. Ocurre con los coches nuevos y los usados por un fenómeno en cascada. Tampoco los comerciales resultan ajenos a esta crisis de disponibilidad, incluyendo vehículos que han visto incrementar su aceptación en los últimos tiempos, como son los camperizados.

El turismo sobre ruedas es una tendencia al alza. Venía ocurriendo desde hacía años, pero la pandemia aceleró la popularización de recurrir a uno de estos vehículos vivienda como alternativa a los alojamientos convencionales.

Así que sumando el aumento del interés general con las restricciones de unidades se produce la tormenta perfecta para que cada vez resulte más difícil encontrar uno de estos cámpers a buen precio o en buenas condiciones.

¿En qué consiste camperizar un vehículo?

Por camperizar se entiende preparar, en mayor o menor medida, un vehículo para que pueda ofrecer determinados servicios como vivienda. Se puede hacer en un pequeño utilitario o en una gran furgoneta, con lo que el grado de adaptación también es muy diverso.

Existen empresas de larga experiencia y mucho prestigio que se encargan de esta tarea, aportando sus conocimientos y profesionalidad para que el resultado sea el apetecido.

El inconveniente, obvio, de esta opción es que supone el gasto inevitable de la remuneración de estos especialistas, que se suma a los propios materiales y equipamiento que se elijan para la cámper.

No falta quien decide ponerse manos a la obra y camperizar su propio vehículo. Para ello hay que tener habilidad con el trabajo manual, mucha información al respecto, tiempo y, sobre todo, paciencia. Aunque estos ingredientes se añaden al menú en base al grado de preparación que se elija.

¿Cuánto cuesta camperizar?

Al igual que al elegir una casa, las opciones para camperizar un vehículo son casi infinitas. Tantas como los gustos o necesidades de su propietario. Hay quien se conforma con un colchón sobre los asientos, un bidón de agua y un hornillo de gas para viajar al fin del mundo; mientras, otros quieren disfrutar en su furgoneta de las comodidades de una casa: ducha, inodoro químico, aislamiento térmico, cocina completa con nevera, camas fijas, televisión, calefacción estática…

Por tanto, el abanico de precios para afrontar el desafío es igualmente amplio. Depende del tamaño del vehículo, de lo que se quiera instalar en él y de si se recurre a profesionales o se elige el hágalo usted mismo.

Una camperización básica se puede acometer por poco más de 500 euros; si se quiere contar con muebles (fijos o desmontables) ya se empezaría a hablar en un modelo pequeño en torno a los 3.000 euros; y una preparación más completa, confiada a profesionales, suele arrancar en los 8.000 euros… para acabar donde lo haga el presupuesto del cliente.

¿Qué es homologar una cámper?

Cualquier reforma de importancia de un vehículo requiere de su consiguiente homologación. Es decir, un ingeniero debe preparar un informe en el que se especifiquen los cambios realizados y se garantice su seguridad, para después acudir a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) para que verifiquen que todo esté en orden y el coche o la furgoneta pueden circular sin suponer un riesgo para sus ocupantes y el resto del tráfico.

Si la preparación la ha realizado un profesional, lo más habitual es que la empresa se encargue de esta gestión y que esté incluida en el precio final de la camperización. Si el trabajo lo ha realizado un particular, deberá disponer de los informes correspondientes y acudir a la ITV para obtener el visto bueno de los técnicos. El precio de la inspección dependerá de los elementos a comprobar, pero suele oscilar entre los 500 y 800 euros.  

¿Cuándo es necesario homologar?

Si los elementos y accesorios instalados en el vehículo son fijos, es necesaria su homologación, siempre que no sean de serie en ese modelo (como por ejemplo toldos o bolas de remolque), ya que entonces aparecen recogidos en la ficha técnica.

La única posibilidad para evitar el trámite de la inspección es que se trate de componentes desmontables. Aunque en ese caso, al pasar la ITV habrá que retirarlos para dejar el vehículo en su estado original. Es una opción por la que optan muchos usuarios, sobre todos aquellos que realizan una camperización menor.

Además, numerosas empresas del sector ofrecen muebles y accesorios adaptados a diferentes modelos de furgonetas de varios tamaños, por lo que su colocación es sencilla y rápida.

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