En cualquier momento, la Guardia Civil puede confirmar que un conductor cumple con las normas de tráfico y que sus capacidades para conducir están intactas. ¿Cómo? Pidiendo una muestra de saliva o que sople en un alcoholímetro, aunque este gesto ya no es necesario para interceptar a quien se ha pasado con el alcohol.
Entre los distintos motivos para realizar controles, el preventivo es el más habitual. Cuando los agentes detectan síntomas de conducción alterada en un conductor, le realizan la prueba de alcoholemia y de drogas.
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En lo que a controles de alcoholemia, la Dirección General de Tráfico (DGT) empezó a hacerlos en 1981. Desde su implantación y hasta 2019, los agentes han llevado a cabo 6,5 millones de pruebas de este tipo. Eso sí, aunque no lo parezca, no todas son iguales: en algunas no es necesario soplar.
Existen controles pasivos de alcoholemia, tal y como revela Bernardo Hernández, experto en seguridad vial. La DGT explica que, para hacer una medición precisa del nivel de alcohol, usan dos tipos de alcoholímetros con distintas sensibilidades.
Alcoholímetro de aproximación
Los de aproximación o indiciarios, detectan la presencia de alcohol sin que el conductor tenga que soplar. El agente acerca el alcoholímetro a la boca y el dispositivo es capaz de medir el nivel mientras está hablando.
Tráfico puntualiza que no es una prueba tan precisa como la tradicional. Por ello, si arroja un resultado diferente a cero, llevan a cabo un test evidencial, que es el tradicional, para confirmar el primer resultado. Con él se obtiene la cantidad exacta de alcohol en aire espirado.

Para casos excepcionales
Desde hace dos o tres años, la Guardia Civil dispone de alcoholímetros de aproximación para hacer pruebas pasivas. Normalmente, hacen uso de ellos para casos excepcionales: por ejemplo, con aquellos conductores que no pueden soplar debido a alguna enfermedad respiratoria y cuentan con un certificado médico que les exime de ello.
También los emplean cuando el conductor no puede llenar los pulmones y soplar porque se encuentra inmovilizado. Y en caso de no poder realizar el test de alcoholemia evidencial, será trasladado a un centro sanitario para efectuar un análisis de sangre.
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