Faltan menos de 90 días para que las luces de emergencia V-16 conectadas con la Dirección General de Tráfico (DGT) sean un accesorio obligatorio en los vehículos, pero el 88% de los conductores no ha cambiado sus inercias y aún utilizan los triángulos de emergencia cuando necesitan avisar de su presencia inesperada en la calzada. Tráfico permite usar las balizas V-16 desde julio de 2021, y desde el 1 de enero de 2026 serán obligatorias las luces de emergencia conectadas con la plataforma DGT 3.0.
A los automovilistas españoles, en definitiva, se les echa el tiempo encima: sólo un 8% ha comprado una V-16 conectada para su vehículo, según los datos de una encuesta de la compañía de bombillas y componentes para el automóvil OSRAM, que ha presentado su dispositivo certificado.
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Las luces de emergencia conectadas sustituirán legalmente a los triángulos y a las balizas sin conexión en enero y se convertirán en el único elemento de preseñalización de peligro legal en España, pero el 65% de los conductores españoles desconoce los detalles de la nueva normativa. Además, más del 30% de los automovilistas afirma que no es consciente de las sanciones que pueden recibir por no llevar una luz de emergencia V-16 conectada y certificada después del 1 de enero. Su ausencia en el vehículo (es obligatoria para turismos, camiones, furgonetas y autobuses) se castigará con una multa de 200 euros.
Tres cuartas partes de los entrevistados temen comprar un producto falso o no homologado, y muchos de ellos reconocen no saber cómo diferenciar una baliza V-16 conectada de una sin conexión o sin homologar.
Luces de emergencia V-16: cómo funcionan
Estas balizas de emergencia emiten una señal con su geolocalización que llega a la plataforma DGT 3.0, desde donde la información se redistribuye a los operadores de navegación (Google, Waze, Coyote, TomTom y otros) para que estos avisen en sus mapas en tiempo real de la presencia de un vehículo detenido.
El dispositivo manda su ubicación a Tráfico 100 segundos después de activarse (con una precisión inferior a cinco metros) y sigue enviándola cada 100 segundos mientras permanece encendida. Su destello luminoso debe verse a una distancia mínima de un kilómetro.
Además, las luces de emergencia deben cumplir otros requisitos exigidos por la DGT:
- Protección IP54 contra el agua y el polvo
- Conectividad gratuita durante 12 años
- Batería que garantice una duración de al menos 18 meses
- Se garantizará el funcionamiento de la luz a temperaturas de -10 ºC y 50 ºC
Cómo diferenciar las luces homologadas
Desde el 1 de enero de 2026, solo serán válidas las balizas certificadas. Los dispositivos deben incluir un código alfanumérico con unas siglas (LCOE o IDIADA) más una secuencia de números. Esta identificación certifica que el dispositivo ha sido evaluado y aprobado en un laboratorio autorizado por el Ministerio de Industria.
Para asegurarse de que la luz de emergencia dispone de conectividad (para enviar datos a la plataforma DGT 3.0), hay que confirmar en el empaquetado que se trata de un dispositivo IoT o que está conectado con DGT. Y el paso imprescindible es consultar la página en la que Tráfico recopila todos los dispositivos conectados y certificados. Si el modelo está en esa base de datos, es legal.
Evitar los productos baratos
Las balizas conectadas cuestan entre 40 y 50 euros. Su precio incluye la tarjeta SIM y el coste de las comunicaciones durante un mínimo de 12 años, según exige la normativa. Si una luz de emergencia V-16 cuesta menos de 20 euros o se ofrecen dos por 40 o 50 euros, conviene dudar.
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