La situación del mercado actual del automóvil es clara: todo al SUV. Es el tipo de turismo que más se vende. Tanto los compactos como los pequeños siguen creciendo y en segmentos de mayor tamaño también rinden mejor que sus rivales. Por eso sorprende que una marca decida apostar fuertemente por una berlina, y más aún si su gama actual está formada exclusivamente por crossovers. Sin embargo, eso es precisamente lo que ha hecho DS con el nuevo DS 9.
Independizada hace tiempo de Citroën y centrada en el mercado premium, esta es la respuesta de la marca francesa a los grandes representantes alemanes: BMW Serie 5, Audi A6 y Mercedes Clase E.
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El DS 9 está desarrollado sobre la plataforma EMP2 del grupo y concretamente deriva del Peugeot 508 L que se comercializa en China, lo que ha dado lugar a un modelo de gran tamaño, que alcanza los 4.933 milímetros de longitud, los 1.855 milímetros de anchura, los 1.468 milímetros de altura y una distancia entre ejes que llega a 2.895 milímetros.
Su diseño apuesta por la elegancia y la sutileza, con un frontal presidido por una parrilla de gran tamaño y un paragolpes casi íntegramente formado por entradas de aire, a lo que se suman unas luces diurnas verticales. En el lateral –muy limpio– destacan los marcos cromados de las ventanillas y una zaga en la que una moldura del mismo acabado une ambos pilotos. En el paragolpes trasero se ubican dos salidas de escape. Uno de sus rasgos más llamativos es el listón cromado que divide el capó de manera longitudinal.
El habitáculo es claro heredero del que emplea el DS 7 Crossback, con un volante achatado en el inferior, cuadro de instrumentos digital, consola con pantalla táctil y botones analógicos por debajo. La tapicería combina cuero y ante en los asientos (con funciones de calefacción, ventilación y masaje), en los paneles de las puertas, en el salpicadero y en la columna central.
Su oferta de motores está formada por tres opciones híbridas enchufables: la de acceso tiene 225 CV, tracción delantera y una autonomía eléctrica de entre 40 y 50 kilómetros; por encima está una variante de 250 CV, con la misma tracción y una autonomía mayor aún sin revelar. Cerrará la gama una versión con tracción integral y 360 CV de potencia.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.