Las marcas siguen buscando soluciones para que el diésel sea una opción viable y además eficiente. Una de las apuestas es la hibridación suave, que es precisamente la que ha utilizado Audi con el nuevo SQ7 TDI.
El todocamino se pone al día con un lavado de cara que afecta principalmente a la parrilla, con un diseño específico, y al difusor trasero, con cuatro salidas de escape. Pero también añade detalles como los retrovisores acabados en aluminio o las nuevas llantas de 20 pulgadas.
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El habitáculo muestra los rasgos habituales en las versiones deportivas de la marca, como la tapicería de cuero y Alcantara, los apliques de aluminio cepillado y los pedales de acero inoxidable.
Lo que más importa, no obstante, son los cambios que experimenta su sistema de propulsión, que ahora cuenta con tecnología semihíbrida. El Audi SQ7 TDI utiliza un bloque 4.0 TDI V8 biturbo de 435 CV y 900 Nm, que actúa con el apoyo de un sistema eléctrico de 48 voltios y de un compresor que suministra aire a los turbos, mejorando la respuesta del motor al acelerar tanto desde parado como a bajas velocidades.
El motor del Audi SQ7 TDI se combina con una transmisión Tiptronic de ocho relaciones y con la tracción integral Quattro para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad punta. Cuenta con cuatro ruedas directrices, dirección progresiva, suspensión neumática y frenos con discos de 400 milímetros en el eje delantero y de 370 milímetros en el trasero. Opcionalmente pueden ser carbocerámicos de 420 y 370 milímetros, respectivamente, y también está disponible un paquete ‘Advanced’ para la suspensión, que integra un sistema de estabilización activa antibalanceo y un diferencial deportivo.
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