Cuando los niños que en 2022 cumplen 6 años puedan conducir un ciclomotor, en 2031, y luego un coche o una moto, en 2034, llevarán una década en el colegio o el instituto aprendiendo sobre seguridad vial. Conocerán las normas elementales de circulación y las señales, y sabrán reaccionar en caso de accidente. Al menos, en el peor de los casos, tendrán unas nociones mínimas a base de insistencia.
La educación vial llega este curso a la escuela con la nueva ley educativa con un estribillo: “Movilidad segura, saludable y sostenible”. Para todos y a lo largo de toda la formación, de Primaria a Bachillerato, con peso en el expediente. Como el resto de reformas de la ley, se estrena en los cursos impares.
“Llevábamos 30 años intentando introducir la seguridad vial en el currículo escolar y, por fin, se ha conseguido”, resumió en marzo el director general de Tráfico, Pere Navarro, en un foro organizado por la Fundación Mapfre poco después de que se aprobara el real decreto que recogía las enseñanzas mínimas de Educación Primaria.
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“Es realmente la mejor noticia, es un momento histórico. Se ha dado un gran paso hacia el objetivo cero víctimas mortales y graves”, añadió en la misma mesa Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de la Fundación Mapfre.
La DGT se cuela en los colegios
La educación vial no nace como asignatura en sí misma, pero tiene presencia en unas cuantas durante todos los cursos de enseñanza obligatoria, desde Conocimiento del medio a la nueva Educación en valores cívicos, pasando por Física y Química. Los más pequeños aprenderán a crecer como peatones; en Secundaria, las leyes de Newton se explicarán con un coche como ejemplo.
Y tendrá mucho peso en Educación Física, pues permite llevar los conocimientos del papel al asfalto, sobre la bici. “Lo solicitamos junto con la Asociación de Profesionales de la Educación Física, porque es la manera de aprender con la práctica. Ellos han estado implicados desde que se redactaron los reales decretos. Son uno de los impulsores, porque tenían mucha ilusión en asumirlo”, reseña la subdirectora general de Formación y Educación Vial de la DGT, María José Aparicio.
Conocer los riesgos de la carretera
“Cuando los niños y adolescentes acceden a la vía pública, no cuentan con referencias ni normas claras para defenderse en un entorno que es hostil para ellos por la cantidad de vehículos y la velocidad con la que se desplazan. Es una buena medida hacer obligatoria cierta formación en seguridad vial y que los niños conozcan las normas y los riesgos, y también a convivir con una movilidad que formará parte de su rutina”, resume la directora general de PONS Seguridad Vial, Ana Gómez Arche.
Los alumnos que estrenan este año la ley, de hecho, van a encontrar en los libros de texto más educación vial de la que esperaba la DGT. “Siempre hemos trabajado para que se incorpore [la seguridad vial a la enseñanza], pero el Ministerio de Educación ha recogido el guante y lo ha desarrollado más de lo que creíamos que íbamos a conseguir”, reconoce María José Aparicio.
También habrá preguntas sobre esta materia en los exámenes, aunque, en opinión de Aparicio, “la clave es que sea de impartición obligatoria, que los niños tengan que recibir estos conceptos”. El objetivo es que vayan calando, “y hay mucho contenido de educación vial y de movilidad segura en la ley. Que se evalúe a los alumnos nos importa menos”, asegura la experta.
Movilidad y seguridad vial en todos los ciclos
Los reales decretos que regulan los contenidos en todas las etapas educativas incorporan la educación vial en numerosas ocasiones, y en todos ellos se repite una idea: “Movilidad segura, saludable y sostenible”. Uno de los objetivos generales de Primaria es fomentar “la educación vial y actitudes de respeto que incidan en la prevención de los accidentes de tráfico”. Y en particular, en Conocimiento del medio, los alumnos estudiarán las “normas básicas en los desplazamientos como peatones” y, en los últimos cursos, las “normas de circulación, señales y marcas viales”.
En Secundaria, se profundizará en el respeto a las normas viales y los alumnos recibirán las primeras nociones del protocolo PAS frente a los siniestros viales (proteger, avisar, socorrer). En la asignatura de Física y Química, aprenderán a “predecir los efectos [de las leyes de Newton] en situaciones cotidianas y de seguridad vial”.
A los estudiantes de Bachillerato, “se les pide una actitud crítica frente a lo que ocurre”, explica Aparicio. “Se les sitúan no solo como usuarios, sino como parte de la solución del problema. Deberán analizar y fomentar la movilidad segura”, resume.
El “objetivo principal” es ese, en palabras de la responsable de Formación de la DGT: “Que la movilidad sea segura. Y creemos que esto se va a notar. Cuando un niño crece y se sitúa como protagonista con su coche o su moto, su actitud es distinta si durante su etapa escolar ha estado recibiendo no solo conocimientos y normas, sino valores, principios y datos”.
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