El Urus sigue sumando méritos para ser una auténtica revolución en una casa con tanta tradición como Lamborghini. Cuando se lance al mercado a finales de 2017 (o principios de 2018, todavía no está claro) se convertirá no solo en el primer SUV de la marca de Sant’Agata Bolognese, también en el primer modelo del fabricante que monte un motor turbo.
La elección de un bloque V8 turboalimentado en lugar del V10 atmosférico del Huracán o el V12 del Aventador obedece a la necesidad de reducir al máximo posible las emisiones de CO2 del todocamino y a la búsqueda de ofrecer el mayor par posible desde las bajas revoluciones.
En palabras Stephan Winkelmann, Presidente y CEO de Lamborghini, a Autocar: “Tendremos el motor más potente posible para que realmente sea un SUV superdeportivo […] hay que mantener el equilibrio entre el ADN deportivo de la marca, que sea un coche manejable y que también tenga capacidades off-road”. Y sobre la elección del propulsor: “En aceleración y conducción off-road es importante tener un gran par, tanto para moverte lo más rápido posible como para salir fácilmente de situaciones críticas […] el motor tiene que ser potente, ligero y con mucho par a bajas revoluciones para ser elástico”.
Poco a poco se van desvelando más datos del Urus, como que tendrá hueco en el capó para alojar baterías y motores eléctricos, lo que apunta a alguna posible versión híbrida. Aunque parece que habrá que esperar para conocer su potencia final.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.