El motor de explosión que no usa gasolina ni diésel y que no emite CO₂

En la última edición de la feria Bauma 2025, celebrada en Múnich del 7 al 13 de abril pasados, el grupo tecnológico germano-suizo Liebherr presentó lo que muchos ya llaman el futuro de los motores de combustión: un motor que no funciona con gasolina ni diésel y, lo más impactante, que no emite CO₂.

Bauma es la feria líder mundial de maquinaria de construcción, de minería y vehículos para estas áreas. Es un punto de encuentro crucial para la industria, donde se presentan las últimas innovaciones, tendencias y tecnologías. Por lo que este avance podría redefinir sectores tan exigentes como el de la minería o la maquinaria pesada, donde las alternativas eléctricas aún no son viables.

El amoníaco, protagonista inesperado

Lejos de ser un fertilizante con olor fuerte y un gran aliado para la limpieza doméstica, el amoníaco emerge como un prometedor vector energético. Puede almacenar hidrógeno verde —producido mediante energías renovables— y, a diferencia del hidrógeno puro, es mucho más fácil de transportar y almacenar.

Esto lo convierte en una solución ideal para vehículos en zonas remotas, donde la infraestructura eléctrica brilla por su ausencia. Cabe recordar que el amoníaco ya se utiliza como refrigerante en sistemas industriales debido a su eficiencia para absorber el calor, otro punto clave para su uso en un motor de combustión.

Un motor que puede cambiarlo todo

El nuevo motor desarrollado por Liebherr es un sistema dual que utiliza amoníaco como combustible principal. Para encenderlo, requiere temperaturas cercanas a los 650 °C, muy por encima de las que necesita la gasolina o el diésel.

¿Cómo se logra la ignición? Mediante una pequeña cantidad de hidrógeno, extraído directamente del propio amoníaco a través de un catalizador. El resultado: cero emisiones de CO₂.

¿También para los coches?

Este motor no está pensado para los turismos, al menos por ahora. Pero sí que es ideal para la industria pesada —especialmente en el ámbito off-road— supone un paso firme hacia la descarbonización. Si el motor de amoniaco de Liebherr consigue un rotundo éxito en su ámbito, no es descartable que en unos años se pueda llevar este conocimiento a los coches de calle.

En definitiva, una tecnología real, tangible y, sobre todo, limpia. El motor de combustión interna podría tener aún mucho que decir… pero sin contaminar.