El nuevo invento llegado de China: un motor diésel más barato que podría ahorrar hasta 12.000 litros al año

El enfoque de la industria de la automoción en la electrificación y los coches eléctricos, alentado por las normativas cada vez más estrictas, ha llevado al diésel a un punto crítico en su trayectoria. Parece condenado a la desaparición, pero los fabricantes chinos tienen un punto de vista muy diferente al sentir general.

En el Congreso Mundial de Motores de Combustión Interna de 2024, que se está celebrando en Tianjin (China), la empresa Weichai Power ha presentado un nuevo motor diésel, y no uno cualquiera: tiene el récord del mundo de eficiencia térmica al alcanzar un 53,09%. Por establecer una referencia, los propulsores de gasóleo suelen tener una eficiencia térmica de alrededor del 45%.

Para certificar su hazaña, ha recurrido a organismos externos como las estaciones de ITV alemanas (TÜV SÜD) y el China Automotive Technology & Research Center, que han confirmado el logro.

Pero ¿qué significa a efectos prácticos tener dicha eficiencia térmica? Implica que tiene un gasto de combustible menor y, de hecho, la compañía señala que consigue reducir el consumo un 14%.

Weichai Power está especializada en el sector de los vehículos pesados y agrícolas, en los que el uso de motores diésel sigue siendo la norma, pues este tipo de industria necesita motores de alto rendimiento, pero que gasten lo menos posible.

La compañía ha hecho sus cálculos y señala que en un camión o tractor que recorra 250.000 kilómetros al año, se podrán ahorrar hasta 12.000 litros de combustible de manera anual. Esto, traducido a dinero, con un precio medio del diésel de 1,50 euros el litro, significaría un ahorro de 18.000 euros al año.

El desarrollo del motor ha supuesto un trabajo concienzudo y en el proyecto se han registrado casi 200 patentes.

La cuestión ahora es si la tecnología de este bloque podrá llevarse a una escala más pequeña para aplicarla a los motores más compactos que utilizan los coches. Su empleo podría alargar la vida de las mecánicas diésel, puesto que, además del consumo, también reduciría sus emisiones contaminantes.