¿La gasolina o el diésel pueden caducar en el depósito del coche?

Si pasa el tiempo sin que el nivel de combustible disminuya, hay que tener en cuenta las posibles consecuencias.

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Un manguera de gasolina 95 repostando un coche.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), un conductor español recorre, de media, 12.562,9 kilómetros cada año. Habrá quien supere esta cifra y quien se quede lejos. O muy lejos. Y los propietarios que apenas cogen el coche son quienes se hacen preguntas como estas: ¿cuándo empieza a perder propiedades la gasolina? ¿Caduca si se queda mucho tiempo en el depósito?

Independientemente de las razones, hay depósitos que ven pasar las semanas y los meses sin que el nivel de combustible disminuya. Lo cierto es que la gasolina no caduca, pero sí pierde sus propiedades a medida que pasa el tiempo: sobre todo si no tiene muchos aditivos.

¿Cuánto tiempo puede estar la gasolina en un depósito?

Esa pérdida se debe a la oxidación de los hidrocarburos que componen el combustible: butanos, butenos, metilnaftaleno… Algo que no sólo se produce con el paso del tiempo, también se da por el contacto con el oxígeno, la presencia de metales o humedad, por los propios compuestos del carburante, la temperatura exterior o la luz.

Lo aconsejable es que un depósito no contenga el mismo combustible (gasolina o diésel) durante más de tres o seis meses. No obstante, algunas petroleras aseguran que la estabilidad de su carburante puede llegar a permanecer intacta durante un año gracias a la presencia de esos aditivos.

Las cuatro posibles averías

Más allá del tiempo, hay que tener en cuenta las consecuencias de tener el depósito lleno con la misma gasolina o el mismo diésel. Cuando esos hidrocarburos se oxidan, producen compuestos insolubles. Y estos residuos pueden transformarse en una avería.

Los problemas son los mismos que aparecen cuando se apura la reserva del depósito con, eso sí, una diferencia: el combustible degradado contiene más residuos porque está más oxidado. Así las cosas, se pueden estropear los inyectores debido a una saturación que les impida trasladar al cilindro la cantidad correcta de carburante.

Gasolina

El aforador es otro de los componentes que está en peligro cuando la gasolina se oxida y acumula residuos. Debido a ello, se puede quedar en el fondo del depósito, impidiendo su trabajo: medir la cantidad de combustible que hay.

La bomba de combustible puede ser otra de las víctimas. Es ella quien lleva la gasolina o el diésel al interior del motor: la presencia de restos le obligará a hacer un esfuerzo mayor. Y, por último, el filtro acumulará cada vez más desechos y esto impedirá la correcta circulación del combustible.

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