El semáforo más lento del mundo: 11 minutos que desafían la paciencia de los conductores

Los semáforos son fundamentales para mantener la seguridad vial y prevenir accidentes. La razón es obvia: son dispositivos de control del tráfico que regulan el flujo de vehículos y peatones en intersecciones o puntos críticos. Son, además, la tercera señal con mayor prioridad.

En Milvignes, una comuna suiza del cantón de Neuchâtel, hay un semáforo que hace, justamente, lo contrario: ralentiza drásticamente el tráfico. Fue la emisora ​​de radio regional RTN quien, a finales de septiembre, puso el foco en él y en las quejas de los usuarios, que estaban causando gran revuelo en las redes sociales.

El citado semáforo está ubicado en una intersección, que reformaron hace unos meses. La obra tenía como objetivo aliviar el tráfico en la zona donde se ubicaría el Centro de Negocios Areuse. Han conseguido todo lo contrario.

Una espera de 11 minutos

Se trata de un cruce muy transitado, donde confluyen el tranvía, los niños y padres que entran y salen del colegio cercano, así como los usuarios habituales del complejo deportivo que está ahí. Todo esto dificulta la gestión del tráfico.

El semáforo en cuestión pone a prueba la ejemplar paciencia de los conductores. Antes de que el semáforo se ponga en verde para cruzar las vías del tranvía, de media, tienen que esperar hasta 11 minutos: a veces esta cifra es, incluso, mayor.

Sin tiempo establecido

El jefe del Departamento de Puentes y Carreteras, Nicolas Merlotti, ha reconocido que la espera de 11 minutos en un semáforo es excesiva. Al mismo tiempo, ha explicado que la responsabilidad de resolver este problema recae en el municipio: aunque es una carretera cantonal, está dentro de la localidad de Milvignes.

El ayuntamiento es consciente de esta interminable espera y ha aclarado que el departamento responsable de programar los semáforos tomará medidas lo antes posible. Tanto que ahora está en naranja intermitente.

Nicolas Merlotti indicó, también, que no existe ninguna norma que especifique un tiempo de espera razonable entre una luz roja y una verde. De esta manera, deja cierto margen de maniobra a las autoridades municipales para manejar esta situación.