¿Cómo repostó más de 500 litros gratis este hombre?: así funciona la estafa del surtidor

Las gasolineras se han convertido en el escenario perfecto para que los delincuentes intenten sacar algún rédito de forma ilegal.

gasolina
Un conductor llenando el depósito de su vehículo.

Las gasolineras se han convertido en un escenario habitual de todo tipo de historias protagonizadas por personas que intentan obtener, de forma ilegal, algún beneficio. Aunque hay diversos tipos de estafas, la más reciente parece ser obra de un pirata informático, ya que implica esquivar de claves de surtidores para obtener combustible de forma gratuita.

El protagonista es un hombre de 35 años, natural de Colombia, que residía en una localidad cercana a Logroño (La Rioja) y no tenía antecedentes policiales. Fue acusado como presunto autor de un delito de estafa por manipular el dispensador de una gasolinera. El detenido no sólo llevaba a cabo repostajes gratuitos para su vehículo: también se beneficiaban de ello un par de amigos.

El escenario de la operación Hexeno ha sido una estación de servicio ubicada en Logroño. Gracias a la manipulación de los surtidores, consiguió combustible gratis en varias ocasiones. No en vano, según la información proporcionada por Europa Press, estafó unos 800 euros, equivalentes a más de 500 litros.

¿Cómo se llevaba a cabo el timo? El detenido manipulaba los surtidores con un control remoto: tenía este dispositivo porque trabajaba como instalador de surtidores de combustible. Aprovechando la coyuntura, se quedó con un mando a distancia.

¿Cómo se piratea un surtidor?

Cada uno de los surtidores de las estaciones de servicio tiene un control remoto: con él, se desbloquea para poder hacer, por ejemplo, la revisión anual. Las gasolineras tiene la posibilidad de realizarla con la empresa que prefiera, pero la prueba siempre es la misma.

En esta inspección se verifica el calibrado de los surtidores comparando el volumen servido con una medida de referencia para verificar que es el correcto. También se comprueban los precintos de seguridad para corroborar que no se han manipulado y testean todos los componentes: mangas, válvulas, conectores y lectores electrónicos.

Al mismo tiempo, chequean la seguridad de las instalaciones. El objetivo es confirmar que cumplen con la normativa de protecciones contra incendios, sistemas de desconexión de emergencia y otras medidas.

El PIN de los surtidores

Eso sí, para desbloquear el surtidor con su correspondiente mando a distancia hay que introducir unos códigos numéricos. El problema es que, muchas veces, los dueños de las gasolineras no cambian estas contraseñas después de la instalación.

Este ha sido uno de los puntos débiles que ha aprovechado el presunto autor del delito: el propietario de la estación de servicio no había modificado el código numérico del surtidor. A esto hay que añadir sus conocimientos de instalador y la posesión del mando a distancia. La conjunción de todos estos factores ha hecho posible el último y más tecnológico timo de las gasolineras.

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