El pequeño dispositivo que clona las llaves en pocos segundos: la nueva pesadilla de los conductores

La tecnología, además de mejorar la seguridad de los coches, también puede ser empleada para hacer el mal. Hasta hace unos años, si alguien quería robar un automóvil, tenía que forzar la cerradura o romper un cristal. Una vez en el interior, para ponerlo en marcha, debía hacer el famoso puente manipulando los cables que se situaban debajo del volante.

Todo eso ha quedado atrás. Para que los amigos de lo ajeno roben un vehículo, solo necesitan de ciertos dispositivos eléctricos que clonan la señal de las llaves del coche. Estos artilugios permiten duplicar los datos inalámbricos con los que el vehículo se abre a distancia y se arranca sin necesidad de un instrumento físico.

Estas nuevas llaves, denominadas keyless, facilitan la vida a los conductores, ya que permiten acceder al habitáculo y arrancar sin sacarla del bolsillo. Cuentan con un radio de alcance de entre 5 y 20 metros alrededor del coche, por lo que es relativamente fácil clonar los códigos de esa señal, si se dispone de la tecnología y los conocimientos necesarios. Solo tienen que seguir al propietario y, después de que este aparque el coche, llevárselo en unos segundos.

Según las últimas estadísticas, los cibercrímenes están aumentando todos los meses en los países desarrollados. La digitalización de las sociedades está favoreciendo a este tipo de atacantes. Un informe contra ciberamenazas publicado por CyberEdge Group en 2022 afirma que en España nueve de cada diez empresas sufrieron algún tipo de ataque en los últimos años.

Si se pone el foco en los automóviles, en España se sustraen alrededor de 37.000 vehículos cada año, de los que solamente se recupera el 10%.

Ante la apuesta por parte de los fabricantes de producir coches y motos que sean cada vez más difíciles de robar, los amigos de lo ajeno suelen ir un paso por delante. Las herramientas electrónicas para copiar códigos de acceso, por ejemplo, están más a la orden del día que las que sirven para reventar una ventanilla.

Flipper Zero

Una de las más usadas es la denominada Flipper Zero, que permite piratear dispositivos digitales, protocolos de radio, sistemas de control de acceso, hardware y otros instrumentos. Y se utiliza también para la sustracción de automóviles.

Este pequeño aparato, que recuerda a los Tamagotchi que se pusieron tan de moda a finales de los años noventa, se comercializa de forma legal (155 euros). Permite interactuar con infinidad de sistemas digitales y es capaz de imitar etiquetas RFID y NFC, mandos a distancia o claves digitales remotas.

El Flipper Zero se puede conectar a cualquier aparato IOT (por las siglas en inglés de internet de las cosas), es decir, conectado con la red y con otros dispositivos. Así, puede clonar tarjetas de acceso a los aparcamientos o a los hoteles.

Protagonista en las redes sociales

Flipper Zero ha sido diseñado para copiar y recuperar –de forma legal– controles de acceso antiguos, pero muchos ciberdelincuentes están usándolo para hacer el mal.

Las redes sociales muestran estos días cómo personas anónimas graban secuencias de aperturas de puertas en viviendas de urbanizaciones, desbloqueo de cierres de garaje, sustitución de precios de las gasolineras o apertura de coches de última generación.

Un usuario de TikTok, por ejemplo, ha clonado la llave de su propio BMW con el Flipper Zero para abrir el coche a distancia.

Ante estos posibles delitos, las autoridades de diferentes países están poniendo el foco en la peligrosidad de la multiherramienta. Por ejemplo, en Estados Unidos, el departamento de Aduanas y Fronteras ha retenido un contenedor de Flipper Zero que iba destinado a los usuarios del país y la policía brasileña también ha decomisado una partida en su territorio.