El Ford Focus 2018 supone la llegada al mercado de la cuarta generación de un compacto de marcado éxito que ya lleva dos décadas compitiendo en el segmento C. Sin embargo, lejos de acomodarse y desarrollarlo sobre la plataforma de su predecesor, la marca del óvalo ha decidido partir de una hoja en blanco para desarrollar el Ford Focus “más logrado y técnicamente competente” de la historia.
Y es algo que salta la vista, con una imagen que recuerda en sus proporciones al legado del modelo, pero que a su vez es totalmente diferente. La parrilla con forma de diamante está en una posición bastante baja, de ella parten nervios que definen el capó, así como unos largos faros que establecen a su vez la línea de cintura. El pilar A bastante inclinado contribuye a crear sensación de dinamismo, con un perfil muy en la línea de otros lanzamientos recientes del segmento. La carrocería termina en una trasera con una caída del techo repentina tras el vistoso alerón, que culmina un portón de gran tamaño.
Entrar en detalles resulta algo complicado y es mejor comprobarlos en la extensa fotogalería, puesto que, como ya ocurrió en la última generación del Ford Fiesta, el nuevo Ford Focus opta por desdoblar su personalidad en cuatro caras bien diferenciadas. El Titanium actúa como la base/centro de la gama, dejando el ST Line como la opción deportiva, con un difusor trasero específico, mayores entradas de aire, suspensión rebajada (10 mm) y alerón; el Active es la variante campera, con una altura al suelo sobreelevada en 30 mm y protecciones inferiores, mientras que el Vignale aparece como la aproximación premium, con parrilla diferenciadora y múltiples piezas acabadas en aluminio satinado.
Todas ellas tienen en común el uso de un chasis completamente nuevo, idéntico tanto en la carrocería de cinco puertas como en la familiar, que amplía en 53 mm la distancia entre ejes mejora en un 20% la rigidez torsional de su predecesor, añade suspensión trasera independiente y por primera vez incorpora el sistema CCD que monitoriza el estado de la amortiguación, dirección y frenos cada dos milisegundos para mejorar la respuesta del coche. A su vez, el CCD permite el uso de un selector de modos que deja elegir entre Eco, Normal y Sport, ajustando diversos parámetros para adaptarlos al estilo de conducción requerido en cada momento.
El empleo de una plataforma con una mayor distancia entre ejes redunda en un espacio interior más amplio, sobre todo en la fila de asientos trasera: el espacio para las rodillas crece en 50 mm y el de los hombros en 60. El maletero también se beneficia llegando a ofrecer, con los asientos plegados, una capacidad de hasta 1.600 litros de carga. Pero no solo de espacio vive el interior del Ford Focus: también se ha optimizado la conectividad con el sistema de infoentretenimiento SYNC 3 con pantalla táctil de 8 pulgadas, el FordPass Connect que genera wifi para hasta 10 dispositivos, el puesto de carga por inducción, el primer Head-Up Display de la casa y un sistema de audio Bang & Olufsen de 675 W y 10 altavoces.
Como ya es casi norma en cualquier lanzamiento, el nuevo Ford Focus llega cargado de tecnología, sobre todo de sistemas que asisten al conductor en la conducción hasta alcanzar el nivel 2 de conducción autónoma: sistema de iluminación predictivo en curva, control de crucero adaptativo mejorado con Stop & Go, mantenimiento de carril y lector de señales para situaciones de tráfico denso; aparcamiento automatizado que controla el giro del volante, la selección de marcha, el acelerador y el freno; Evasive Steering Assist, que ayuda a evitar coches lentos o parados para impedir colisiones; cámara trasera; aviso de punto ciego; alerta de tráfico cruzado y Ford MyKey.
La gama mecánica está formada por bloques de gasolina EcoBoost y diésel EcoBlue que mejoran su eficiencia un 10% en todos los motores. Los EcoBoost 1.0 tendrán potencias de 85 CV, 100 CV y 125 CV, y el 1.5 alcanzará 150 CV y 182 CV. Todos ellos contarán en primicia con la tecnología de desactivación de cilindros aplicada a los motores tricilíndricos, que permite funcionar solo con dos en situaciones que no requieran mucha potencia. Esto repercute positivamente tanto en los consumos (no anunciados) como en las emisiones de CO2, que parten de 108 g/km en el 1.0 y de 120 g/km en el 1.5. En cuanto a los EcoBlue, estarán los 1.5 de 95 CV y 120 CV (con 300 Nm de par) y el 2.0 de 150 CV y 370 Nm.
Además, la otra novedad mecánica importante es que está disponible una caja de cambios automática de ocho velocidades de nuevo cuño para los motores más potentes, preparada para producir la menor huella medioambiental y optimizar las transiciones entre relaciones. La otra transmisión que se ofrecerá será una manual de seis marchas.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.