El Ford Puma ha entrado por la puerta grande en la historia del Campeonato del Mundo de rallies. El triunfo logrado en Montecarlo, primera prueba del certamen 2022, es un hito en la especialidad, no sólo porque lo consiguiera Sebastien Loeb (48 años) en su regreso a los tramos y recién llegado de un Dakar en el que se clasificó segundo, sino también porque es la primera victoria de un coche de tipología SUV en la especialidad, y la primera también de la nueva era híbrida del WRC.
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Cuando Ford confirmó su regreso al máximo nivel de los tramos decidieron que fuera sobre la base de su crossover compacto Puma. Una apuesta arriesgada e inédita, ya que nunca un vehículo con esa carrocería se había utilizado como base para correr en rallies.
Un proyecto que se inició a principios del año pasado, cuando la firma del óvalo fue la primera en confirmar su presencia en la nueva etapa híbrida de la especialidad.
Las restricciones provocadas por la pandemia retrasaron algo el plan de trabajo, que comenzó cuando, a mediados de marzo, se realizaron las primeras pruebas, aún sobre la carrocería de un Fiesta, el modelo con el que la firma llevaba compitiendo desde 2011.
Fue una manera de adelantarse y probar los diferentes parámetros derivados de la inédita mecánica híbrida. En julio se mostró por primera vez en acción al Puma Rally1 en el Festival de la velocidad de Goodwood.
Nueva normativa
El proceso de adaptación del SUV de calle al vehículo de competición se completó respetando la nueva normativa. Sobre la base y las medidas del chasis de serie se incorporaron diversos cambios. Se permite el ensanchamiento de vías y carrocería, a la par que se implementan los arcos de seguridad, diferentes esta temporada con una estructura tubular que mostró su gran eficacia en el espectacular accidente sufrido por Adrien Fourmaux en la segunda etapa del Rally de Montecarlo.
En cuanto a la mecánica, los nuevos vehículos del Mundial de la especialidad han visto limitada su tecnología para abaratar costes. El cambio deja de ser electrónico de seis marchas con levas en el volante a mecánico secuencial de cinco marchas, y se elimina el diferencial central.
Otro aspecto en el que se ha limitado el desarrollo sobre la anterior generación de World Rally Car ha sido la aerodinámica, ahora con menor carga, o las suspensiones, que ven reducido su recorrido.
Tecnología híbrida
Pero el principal reto era adaptar la hibridación eléctrica a la competición. Se ha incorporado una batería de 3,9 kWh y un sistema de recuperación de energía de la frenada y el propio movimiento del vehículo. En total, el sistema híbrido, que está refrigerado por líquido y aire y protegido por una carcasa balística, supone 95 kilos añadidos al peso total.
Trabaja en combinación con el propulsor de combustión turboalimentado EcoBoost de 1,6 litros que ya usaba la generación anterior de competición, y juntos alcanzan una potencia superior a 500 CV.
Unos 380 CV proceden del motor de combustión y otros 134 CV los proporciona la batería, aunque esta aportación no puede ser utilizada en el tramo completo, sino que hay que administrarla. Su gestión es una nueva dificultad para el piloto que debe utilizarla donde más le pueda ayudar.
Además, el sistema híbrido no sólo se activa en los tramos cronometrados, ya que la nueva reglamentación obliga a circular en modo eléctrico al pasar por poblaciones o en el parque de asistencia. El Mundial de rallies se adapta a los nuevos tiempos y el Puma ha sido el primero en triunfar en esta épocamás ecológica.
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