La DGT alerta de una nueva oleada de ‘phishing’: el riesgo de recibir un SMS como este

Tráfico denuncia el creciente envío de mensajes SMS que reclaman a los conductores multas pendientes de pagar.

fraude dgt

Sede de la jefatura provincial de Tráfico de Madrid.

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha detectado una nueva campaña de mensajes de texto falsos que pretenden suplantar a través del móvil la identidad del organismo. En estos SMS, el destinatario recibe el aviso de una supuesta multa y se le pide que revise el expediente a través del enlace incluido. 

Si el conductor pica y pincha, acabará en un sitio web donde se le pedirán sus datos personales y bancarios con intenciones fraudulentas. No es la primera vez que ocurre: los falsos avisos de sanciones de tráfico son uno de los ganchos más comunes para los intentos de estafa a distancia.

Sucede a menudo por correo electrónico, como han avisado en más de una ocasión tanto Tráfico como la Guardia Civil en sus redes sociales. Por lo común, en la bandeja de entrada se recibe un mensaje con apariencia realista, que utiliza el logo del organismo e invita a pinchar en un enlace. El reclamo siempre es el pago de una multa pendiente.

Al tratarse en este caso de un SMS –método ilegal que también se utiliza a menudo– el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) recomienda bloquear al remitente del mensaje y eliminarlo de la bandeja de entrada. 

Fraudes por SMS

Si se ha pinchado por despiste o error –sobre todo en caso de haber proporcionado datos personales y bancarios–, el organismo sugiere hacer capturas de pantalla para conservar todas las pruebas posibles del intento de estafa, conocido técnicamente como smishing (phishing por SMS), incluidos los enlaces fraudulentos. Lo más adecuado es utilizar testigos online, es decir, herramientas digitales que permiten autentificar las pruebas.

Como pasos siguientes, el INCIBE recomienda comunicar el problema a la entidad bancaria y presentar una denuncia a la Policía aportando todas las pruebas posibles. En paralelo, conviene comunicar el fraude a este organismo, de modo que lo conozca e intente evitar su difusión masiva. 

Tráfico impone al año en torno a cinco millones y medio de sanciones, unas 15.000 al día: no es difícil que estos envíos masivos de mensajes lleguen a un infractor desprevenido. Ese es el objetivo de los ciberdelincuentes: alguien que sospeche de una posible sanción y que pinche por equivocación o desconocimiento en el enlace maligno.

Un clic lo llevará de una pantalla a otra hasta que finalmente se le solicitan los datos bancarios, con los que los ciberdelincuentes aspiran a operar posteriormente, alerta el INCIBE. 

Los mensajes fraudulentos muestran una apariencia normal, pero con mensajes que deberían hacer sospechar, como el amenazante “dispone de 24 horas restantes para pagar su multa”.

Así notifica la DGT las multas

Los conductores deberían recelar de textos como estos desde el momento en que lo reciben, pues ni Tráfico ni los ayuntamientos notifican las sanciones por estos medios ni con ese lenguaje. Se envían siempre por carta certificada al domicilio del conductor que conste en la DGT. 

Si se sospecha de una posible multa y no se ha recibido la notificación, otra opción es consultar los boletines oficiales de la comunidad autónoma o los tablones de los consistorios, tanto físicos como electrónicos. Además, siempre se registran las sanciones en el Tablón Edictal de Sanciones de Tráfico (TESTRA) y en el Tablón Edictal Único del Boletín Oficial del Estado. 

Para recibir las notificaciones de multas, además, los automovilistas disponen de la Dirección Electrónica Vial: en ese caso, solo en ese (y el usuario está advertido, pues el alta es voluntaria) los avisos sí llegan por correo electrónico y por teléfono.

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Sergio Amadoz

Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).

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