La historia de Ebro, la marca que fabricó el primer tractor español

A mediados de los años cincuenta, tras conseguir la autorización del Ministerio de Industria, lanzó al mercado el Ebro E-38.

vehiculo industrial

Foto: Getty

Una de las novedades más llamativas del Salón del Automóvil de Barcelona 2023 ha sido un regreso: el de Ebro, que vuelve a la acción con una camioneta eléctrica bautizada como Ebro Pick-Up. Así era la marca que escribió parte de la historia del motor español con sus tractores, vehículos industriales (camiones y furgonetas), autobuses y todoterrenos.

Todo comenzó en 1952, cuando el Ministerio de Industria lanzó un concurso público con un objetivo claro: dar un empujón a la producción de tractores, que en España era muy pobre. Un año después, el organismo otorgaron la autorización a dos empresas: Lanz Ibérica S.A. y Motor Ibérica S.A.: esta, en 1954, registraría la marca Ebro para producir tractores y camiones.

Ebro, con la licencia de Ford Motor Company, comenzó a fabricar tractores. Tanto es así que la primera gama estuvo basada en el Ford Thames Trader.

El primer tractor español llegaría en 1955: fue el Ebro E-38. Estaba impulsado por un motor de 3.6 litros de cuatro cilindros, que tenía 39 CV de potencia. Contaba con una caja con seis relaciones (tres largas y tres cortas) y dos marchas atrás (una larga y una corta). Después llegaron los Ebro E-44, Ebro E-48 y Ebro Super 55.

Adiós, Ford; hola, Massey Ferguson

En el año 1965, Ford y Motor Ibérica rompen su relación y entra en escena Massey Ferguson para hacerse con el 40% de la marca española. Su aparición fue clave para Ebro, porque suyos eran, también, los motores Perkins que presumían de fiabilidad, bajo consumo y alto rendimiento.

No fue la única innovación que, desde entonces, incorporarían los vehículos de Ebro. Sumó a su equipamiento sistemas hidráulicos más sofisticados, mejores tomas de fuerza, mayor comodidad y más seguridad para el conductor, sin olvidar que se empezó a hablar de doble tracción. En esta época, llegaron al mercado los Ebro 155, 160 y 183.

Zona Franca, las primeras instalaciones

Precisamente, en los años sesenta se inauguró la primera planta de Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. Estuvo también presente en Madrid, Ávila y Navarra, donde fabricaba componentes de maquinaria agrícola.

El desarrollo industrial y tecnológico fue tal que Ebro amplió su gama adquiriendo Fadisa, que, con licencia de Alfa Romeo, fabricaba las furgonetas Romeo-Fadisa. Ya en 1970 se hizo con AISA y, así, llegaron los vehículos comerciales Avia y las carretillas elevadoras Braud et Facheux. También compraron Viasa a CAF para contar con las patentes y licencias para producir los modelos Jeep.

La venta a Nissan

A finales de los años setenta, Massey Ferguson había perdido parte de las acciones de Motor Ibérica: aquel 36% que le quedaba fue a parar a manos de Nissan en 1979. En ese momento nadie lo sabía, pero aquella operación fue el principio del fin.

Un año después, llegaba la serie Ebro 6000 con los populares modelos 6090, 6100 y 6125. Todos ellos estaban equipados con un motor Perkins de seis cilindros que ya tenía más de 100 CV. La transmisión tenía 16 velocidades y contaba con doble tracción.

En 1981, el 51% de Motor Ibérica ya era propiedad de Nissan: fue entonces cuando arrancó la producción del Nissan Patrol y la Nissan Vanette. Pocos años después, Motor Ibérica escribía su último capítulo como marca: en 1987 se convierte en Nissan Motor Ibérica S.A.

Ebro Kubota

Los japoneses se deshicieron de la división agrícola y se la vendieron a Kubota, aunque siguieron siendo socios mayoritarios de la nueva marca: Nissan Motor Ibérica poseía el 80% de Ebro Kubota, la propia Kubota tenía el 15% y a Marubeni le pertenecía el 5%.

Aspiraban a ser los líderes del sector agrícola a nivel nacional e internacional, con un ambicioso plan de exportación. La actividad se centralizó en Madrid y, más concretamente, en la fábrica de Cuatro Vientos, que tenía una capacidad de producción de 8.000 tractores anuales.

Los 8000, los últimos Ebro

Lo cierto es que se convirtió en la segunda marca de España, por detrás de John Deere. A finales de los ochenta, lanzaron la serie Ebro 8000 integrada por cuatro modelos: 8070, 8100, 8110 y 8135. Serían los últimos tractores Ebro.

A pesar del buen momento que vivía la marca, Kubota decidió romper su relación con Motor Ibérica: la fábrica de Cuatro Vientos echó el cierre y, con la serie K1 a punto de salir al mercado, la actividad cesó en 1994. Ahora, 29 años después, Ebro ha vuelto a la carga.

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Elena Sanz Bartolomé

Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.

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