El Consejo de Ministros de la Unión Europea aprobó, a sugerencia de la Comisión Europea, la implantación en 1992 del teléfono único para emergencias, el 112. Este número se estableció para dar asistencia a la ciudadanía ante cualquier tipo de emergencia (sanitaria, extinción de incendios, salvamento o seguridad ciudadana) en todo el territorio de la Unión.
La llamada no tiene ningún coste y da servicio las 24 horas del día y los siete días de la semana. Además, desde los teléfonos móviles se puede llamar al 112 siempre que haya cobertura GSM de cualquier compañía que opere en ese territorio. Esto es esencial para prestar asistencia en zonas rurales, montañosas o muy apartadas.
Hace unos días, una conductora utilizó el 112 no de la manera que hubiera ella hubiera deseado, y la llamada terminó con la imputación de una amplia lista de delitos.
Sin gasolina
Esta historia —con final infeliz— comienza con una llamada al 112. En ella, una conductora declara a los servicios de emergencia que se ha quedado sin gasolina en la carretera. Se encuentra en el término municipal de Montblanc, en Tarragona. Si lo hubiera pensado dos veces antes de marcar, debería haber llamado al servicio de asistencia en carretera de su seguro.
Emergencias se pone en contacto con los Mossos d’Esquadra para que envíen una patrulla al punto kilométrico donde se encuentra detenida la conductora. Cabe recordar que por quedarse sin gasolina en la carretera, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no sancionan como tal. Sí que pueden multar por detener el coche en carreteras, autovías u autopistas fuera de las zonas habilitadas para ello.
Comportamiento errático
Tras personarse en el lugar, la patrulla de la Policía autonómica catalana le pide el permiso de conducir. Tras inspeccionarlo descubren que tiene la licencia suspendida. Además, detectan un comportamiento inseguro en la conductora, por lo que deciden realizarle la prueba de alcoholemia.
Según la cuenta de X (antigua Twitter) de los Mossos d’Esquadra, el test de alcoholemia arrojó un resultado de 0,65 mg/l. El máximo permitido por la legislación en España es de 0,25 mg/l, por lo que lo superaba en dos veces y media. Posteriormente, se le realizó otro test de drogas en el que también dio positivo.
Niños pequeños
Aunque lo que más llamó la atención de los agentes fue la presencia de dos menores, de uno y cuatro años, en el coche. La irresponsabilidad de la conductora al llevar en este estado a sus hijos había puesto en peligro su integridad física.
Así, los agentes procedieron a la detención de la conductora y tuvieron que avisar a un familiar, en este caso el abuelo, para que se hiciera cargo de los menores. Como escriben en su cuenta de X: “Conducir es incompatible con el alcohol y las drogas”.
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